Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 1 de febrero de 2015

Morir por la boca .098

Un cazador se adentró en lo más espeso del bosque, y en medio del camino encontró los huesos de un hombre que había muerto. No le gustaba mucho encontrarse con esas cosas, de manera que al otro día pasó por un camino distinto. Sin embargo, volvió a encontrar los mismos huesos. A la tercera vez sintió curiosidad y les preguntó: «¿Qué es lo que os mató?». Y los huesos respondieron: «La boca».
El hombre regresó al poblado y contó a la gente lo que había visto. Algunos no creyeron que unos huesos pudieran hablar, y otros quisieron acompañarle al día siguiente.
Al llegar donde estaban los huesos, les preguntó: «¿Qué es lo que os mató?». Y, por mucho que repitió y repitió la pregunta, los huesos permanecieron mudos y la gente se burló de él por creer historias tan extrañas.
Al día siguiente volvió de nuevo al bosque. Encontró los huesos y les preguntó: «¿Qué es lo que os mató?». Y los huesos respondieron: «La boca». El pobre hombre corrió de nuevo al poblado para contar su historia. La gente acudió al lugar y, entonces, el cazador preguntó: «¿Qué es lo que os mató?». Los huesos permanecieron callados por más que el hombre repetía la pregunta. Y la gente empezó a molestarse porque les hacía perder el tiempo con tanta mentira.
Cuando, otro día, el cazador se adentraba en el bosque, vio de nuevo los mismos huesos en medio del camino. Les preguntó: «¿Qué es lo que os mató?». Los huesos repitieron: «La boca». Entonces, el hombre pensó: «Quizá solamente responden cuando observan que los hombres están armados». Así que regresó al poblado y pidió que todos los que quisieran ver algo tan sobrenatural como unos huesos que hablan se procuraran, como él, un arma.
En medio del camino, encontraron esos mismos huesos. El cazador les hizo la misma pregunta: «¿Qué es lo que os mató?». Repitió la pregunta muchísimas veces, pero los huesos callaban y callaban. Los hombres estaban verdaderamente disgustados: «Ya es la tercera vez que nos molestas con estas historias, y crees que puedes hacernos perder el tiempo inútilmente. Pero esta vez te vamos a matar». Y le dieron muerte, dejándole en aquel mismo lugar.

Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat


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