Era
un matrimonio. La esposa se llamaba Blanca Nieve. El esposo se
llamaba Martín Gallito.
Un
día tuvieron un dijusto. Él dijo que se iba porque lo venían a
llevar de su familia. Llegó a su casa un viento y lo arrastró hasta
la puerta. Y la esposa lo agarró de los brazos y le decía:
Y
él, con el fuerte viento que ha venido se ha ido dejandolé un
anillo di oro y un pañuelito de virtú, y le ha dicho que lo puede
ir a buscar a un lugar que se llama Tres Picos de Amor, donde no
corría frío ni calor, ni viento. Que áhi la esperaba porque él
estaba en un encanto y ella no lo dejó que se librara.
La
esposa, cuando si ha quedau sola le siguió. Salió en busca de él.
Caminando durante un año llegó a un pueblito y le preguntó a la
gente si de donde quedaba el lugar de Tres Picos de Amor. Y nadie
sabía.
Y
caminó durante otro año. Llegó a otro pueblo. Se encontró con la
mama del viento y le preguntó si adónde quedaba Tres Picos de Amor.
Y le contestó que no sabía. Y le dijo:
-Solamente
mis hijos sabrán y mi marido, porque ellos recorren todo el mundo. A
la tarde van a venir y les voy a preguntar.
Y
s'hizo la tarde y la mama del viento le dijo a la chica que se
escondiera bajo di un cántaro grande que tenía ella en la casa.
Y
llegaron los vientos, los hijos de ella. Y le preguntaron si quién
estaba escondido adentro la casa.
Ella
les contestó diciendo que llegó una guascha guagua preguntando si
adónde quedaba el lugar de los Tres Picos de Amor. Y le contestaron
diciendo que ellos no conocían. Y ellos andaban todo el mundo. Y se
fueron inmediatamente.
La
chica caminó durante otro año. Llegó a otro pueblo. Y se encontró
con la madre del nublado. Y le preguntó si adonde quedaba el lugar
de Tres Picos de Amor. Y ella le dijo:
Inmediatamente
llegaron las lluvias. La lluvias de toda clase, y enojadas le
preguntaron a la mama si quién estaba escondido por ahí.
Y
la madre respondió que llegó una chica solita, como perdida,
preguntando si adonde quedaba el lugar Tres Picos de Amor. Y las
lluvias, los hijos, le contestaron que no conocían en todo el mundo
un lugar con ese nombre. Y se retiraron inmediatamente.
Y
salió la chica de debajo del virque y la madre del nublado le dijo
que a ese lugar no lo conocían sus hijos. Y la chica se despidió y
se fue.
Y
caminó nuevamente otro año. Llegó a otro pueblo donde se encontró
con la luna. Y le preguntó si adonde quedaba el lugar Tres Picos de
Amor. Y le contestó que no sabía, y le dijo:
-Solamente
mis hijos pueden saberlo, pero son malos y se tiene que esconder
porque 'stán por llegar.
Y
llegaron las estrellas y le preguntaron si quien había escondido en
la casa. Y la mama le contestó que llegó una chica preguntando si
adonde quedaba el lugar Tres Picos de Amor. Y le contestaron:
Y
se despidió la chica y caminó otro año más. Y llegó a otro
pueblito y se encontró con un anciano que era el sol. Y le preguntó
si adonde quedaba el lugar Tres Picos de Amor. Y él le contestó
diciendo:
-Yo,
hija, recorro todo el mundo y no lo conozco. Ahora, andate al rey de
las aves. Ése puede saber. Decile que yo te mando.
Y
se despidió la chica y se fue a preguntar al rey de las aves, que
era el águila. Llegó y le dijo que la mandaba el sol a preguntarle
si conocía el lugar Tres Picos de Amor. Le dijo que no lo conocía
pero que podía reunir a toda su gente para preguntarle. Y pegó unos
silbidos y empezaron a llegar. Se reunieron todas las gentes de este
rey que eran los pájaros; los caranchos, los halcones, los teros,
los gorriones y la demás gente.
Y
preguntó a todos ellos si conocían el lugar Tres Picos de Amor. Y
ninguno conocía. Y preguntó a todos quién falta y echó de menos a
una águila vieja, la más vieja de todas. Y pegó tres silbidos. Y
llegó l'águila. Venía cansada porque venía de lejo. Y le preguntó
si ella conocía el lugar Tres Picos de Amor, y le contestó que sí.
Y
la chica le preguntó a l'águila vieja si en ese lugar lo conocía a
Martín Gallito. Y l'águila le contestó:
-Sí,
lo conozco a Martín Gallito. Ahora dentro de tres días se va a
casar por la iglesia con una moza de ese lugar.
Y
la chica le dijo que le daba lo que ella le pidiera. Y l'águila le
dijo que se ponga encima de ella. Y la chica se sentó sobre las alas
del águila y l'águila tomó vuelo. Y voló mucho, mucho, y llegó
en un lugar, y bajó a descansar. Y le pidió qué comer. Y entonce
la chica ha dicho a su pañuelito:
Y
aparecieron los tres corderos que pidió la chica. L'águila se los
comió a los tres corderos y luego tomó nuevamente el vuelo.
L'águila
voló mucho, mucho, y bajó en otro lugar a descansar. Y le pidió
nuevamente a la chica qué comer. Y en ese lugar ya no tenía el
pañuelito de virtú. Y entonce la chica se sacó dos pedazos de
blando de las piernas y se lo dio al águila para que pueda seguir.
L'águila los comió y remontó nuevamente el vuelo. Y después de
volar mucho llegaron a la madrugada al lugar Tres Picos de Amor.
L'águila, cuando bajó, devolvió los dos pedazos de blando de las
piernas de la chica que había comido, y se los colocó nuevamente.
En seguida se le pegaron los pedazos y la chica quedó conforme era
antes. La chica le agradeció mucho y l'águila remontó el vuelo y
se volvió.
La
chica si acercó al pueblo. Llegó a la iglesia. Y se quedó parada.
Había mucha gente esperando los novios. Inmediatamente llegó Martín
Gallito con la nueva novia. Con los padrinos dentraron a la iglesia.
Y ella caminó por atrás. Y cuando empezó la ceremonia de
matrimonio, ella lo habló:
-Martín
Gallito, ¿ti acordás cuando tuvimos un dijusto y un fuerte viento
mandado por tu familia ti arrastró y me dejastes?
-Martín
Gallito, ¿ti acordás que cuando me dejastes me dijistes que te
venga a buscar al lugar Tres Picos de Amor? Martín Gallito no
contestó tampoco. Y la chica le volvió a decir:
-Martín
Gallito, ¿ti acordás que me dejastes un pañuelito de virtú y un
anillito di oro? Aquí los tengo -y sacó el pañuelito que era de
virtú y se lo puso cerca de él.
Y
Martín Gallito se dio vuelta, la vio a la chica, la reconoció, y
dijo:
Y
se suspendió la ceremonia. Y salieron juntos los dos porque ya la
chica había salvado a Martín Gallito del encanto. Y ella se puso
las botas que volaban, y tomaron vuelo a su casa. Y se terminó el
cuento.
Hilario
Coria, 30 años. Abra Pampa. Cochinoca. Jujuy, 1968.
El
narrador, pastor colla, ha trabajado también como minero. Nativo del
lugar, ha cursado los grados de la escuela local. En las fiestas
religiosas de la Virgen forma parte de los danzantes caracterizados
de suris, llamados
los plumudos.
El
cuento es variante del cuento tradicional.
Cuento
1001. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 072
No hay comentarios:
Publicar un comentario