Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 8 de febrero de 2015

Los once cisnes .1022

En un reino de nombre desconocido había un rey muy querido por el pueblo y sus súbditos.
Casado a los veinte años, vivía muy feliz en unión de su esposa y doce hijos, once varones y la menor, mujer.
Nada parecía turbar la paz de la familia, cuando cierto día se enferma la Reina. La tristeza cundió por todo el reino.
Llamados los mejores médicos no le encontraron remedio y falleció dejando desconsolados a su esposo y a los hijos. Pasan varios años y el Rey piensa casarse de nuevo.
Reúne a sus hijos y les avisa. Ellos aunque sienten, acceden gustosos por ver feliz de nuevo a su padre.
La madrastra era muy linda, pero orgullosa y muy vanidosa. Siente envidia al ver que su hijastra es mejor que ella y hace todo lo posible por afearla y alejarla del reino.
Varios años antes se había valido de artes de hechicería y transformó a los hijos en cisnes y ahora empleando el mismo procedimiento, vuelve tan fea a la hija que el padre la desconoce. Cansada de sufrir la Princesa se va del palacio en busca de sus hermanos.
Camina días y días y llega a la orilla de un arroyo, donde se lava y vuelve a ser tan hermosa como antes.
Al llegar la oración, siente un ruido de alas y llegan los cisnes, se transforman en hombres. La ven y corren; la abrazan y lloran de alegría.
Los jóvenes le cuentan que en la noche se vuelven hombres y al salir el sol son de nuevo cisnes. Que ellos estarán tres días ahí y que volverán al lugar donde viven. Que era muy lejos y que vienen al reino de su padre una vez al año.
Como sienten dejarla sola y ella les cuenta en la forma en que ha sufrido, piensan llevarla.
Trabajan en la noche una red para llevar en ella a la hermana. El cuarto día, a la salida del sol, levantan vuelo, toman la red con el pico y va la niña acostada, mientras un cisne vuela encima de ella para darle sombra en la cara.
Se asientan en la noche y vuelan de día. Viajan tres días, hasta llegar al país donde viven los cisnes.
Salen en el día en busca de alimento, pero siempre queda uno, para acompañar a la hermana.
Ella que ruega a Dios la ayude para conseguir que sus hermanos vuelvan a ser hombres, sueña que una vez le dice que cerca de allí hay una planta, que con la fibra de esa planta teja once mangas, y se las coloque a cada cisne, pero con la condición de que mientras teja no tiene que hablar. La niña se levanta temprano, va, busca la fibra de la planta y empieza a tejer sin hablar una sola palabra. Cuando vuelven los hermanos se afligen al verla muda, pero como la ven tejer, piensan que será algo para bien de ellos y no la hablan más.
Un día pasa un príncipe que andaba cazando. Al verla tan hermosa se enamora de ella, la lleva, y se casa.
Como se le terminan las fibras con que tejía, la princesa se va en la noche al cementerio, donde hay la planta que necesita. El cura del reino la sigue, y le cuenta al príncipe, diciendolé que es bruja. El joven que la quiere muchísimo, no cree y resuelve vigilarla. Cuando le falta una manga, se le terminan de nuevo las fibras. La princesa va en busca de más y el esposo la sigue y la ve entrar al cementerio. Convencido que es bruja, la hace tomar prisionera y da la orden de que sea quemada.
La llevan en un carruaje del palacio a la prisión. Ella no habla, pero llora sin dejar de tejer y termina todas las mangas.
Cuando falta poco para la hora que la deben matar, llegan los cisnes, vuelan alrededor de la prisión y por entre medio de las rejas les va colocando las mangas.
Los cisnes se vuelven hombres, corren, y llorando de alegría abrazan a la hermana.
La princesa habla y le cuenta al esposo su historia.
El príncipe le pide perdón y el pueblo que lo quiere mucho se alegra de verlo feliz y bendice a la princesa.

Clorinda de Flores, 45 años. Catuna. General Ocampo. La Rioja, 1950.

La narradora aprendió el cuento de la abuela, quien sabía muchos cuentos antiguos.

Cuento 1022. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini


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