Que
era un Rey que tenía tres hijos. Y ese Rey tenía una quinta. Esque
tenía en la quinta unas manzanas muy lindas, que nadie tenía como
ésas. Y él que las tenía contadas a las manzanas. Y un día había
ido a verlas a las manzanas y esque le faltaba una. Y esque dice el
Rey que había que cuidarlas. Esque tenía muchos piones, y él que
decía que podían ser los piones, pero que los piones lo respetaban
mucho.
Entonce,
el Rey comenzó a hacer cuidar las manzanas de día. Bueno, y esque
las manzanas seguían faltando y pensó que sería de noche. Y que le
dice al hijo mayor que tenía que irse él a cuidarlas. Pensó que
los piones no podían cuidar de noche. Lo mandó al hijo mayor.
El
hijo mayor se jue a cuidar las manzanas. Áhi 'taba, pero muy a
deshoras de la noche, él 'taba aburrido y le había dado sueño y se
había dormido. Y al otro día va el padre a contarlas y siempre que
le faltaba una.
A
la noche siguiente va el del medio. Tenía que amanecerse, pero había
hecho lo mismo y si había dormido.
Y
a la noche siguiente, entonce que le dice al más chico que se vaya
él, ya que los otros no obedecían, a ver si él obedecía. Bueno,
que le dice él que le dé una manta, una guitarra y una escopeta. Y
se había ido el joven. El padre le dio todo.
Que
había llegado él y se había puesto a tocar la guitarra. Que se
cansaba, se quería dormir, pero no si había dormido.
Muy
tarde, a deshora de la noche, que había sentido un ruido arriba de
la planta, lo que se movían los gajos. Y bueno, esque mira y cuando
ha mirado que ve un pájaro que se había asentado arriba de la
planta.
Y
bueno, él esque le había tirado un tiro, pero no le había pegado
bien. Esque sólo le había sacado una sola pluma. Él que había
corrido y la había levantado para que viera el padre que él había
cuidado y viera el pájaro que hacía daño. Y al otro día cuando le
lleva el hijo la pluma al padre, que dice el Rey que la pluma era di
oro y que no había más caso que tendrían que irse en busca del
mismo pájaro.
Y
cuando había ido muy lejo el hijo mayor, que estaba una zorrita,
tirada al sol, tomando sol. Que era bien flaca la zorrita. Y entonce
que le pregunta al joven mayor, qué adónde iba. Y entonce que le
dice él que él iba en busca del pájaro de plumas di oro y que si
no le podría dar noticias ella de adónde podría estar.
-Sí
-que le dice la zorrita, vení. A lo lejos se ve un humito y en ese
humito es una aldea y en esa aldea hay dos partes. En una parte está
oscuro y sin luz y en la otra -que le dice- está con luz. Y cuando
vos lleguís, entrá en la que está en oscuro, ahí vas a dormir y
si vos no obedecís, si vas a dormir en la con luz, te vas a perder.
Y al otro día voy a salir yo y te voy a encontrar.
Este
joven no había obedecido, porque él había llegado y había visto
las dos partes que ella le dijo, pero le había dado miedo de ver tan
oscuro la parte que le dijo la zorrita que entrara. Y él se entró
adonde estaba con luz, y no salió más.
Y
al otro día la zorrita lo estaba esperando y no salió. Y de ver que
no salió, se devolvió al mismo lugar adonde estaba. Entonce el Rey,
de ver que no volvía el hijo mayor, lo mandó al del medio. Y el
hijo se va.
Llega
el hijo y se encuentra con esta zorrita. Y la zorrita li había dado
los mismos datos y que le había dicho al otro joven, que había ido
y si había perdido, pero que le dijo que él obedezca y entre en la
parte que estaba en oscuro.
Y
el joven fue y no había obedecido también, porque él, al entrar en
la parte que estaba oscuro, vio muchas cosas y tuvo mucho miedo y se
devolvió y entró en la parte con luz. Bueno, también no volvió
adonde estaba el padre.
Y
que le dice el Rey al hijo menor, ya de ver que los otros no volvían,
que vaya él en busca del pájaro, que así como era el único que lo
había visto, así podría encontrarlo.
Va
y se encuentra con la misma zorrita. Y que le dice la zorrita que
adónde iba. Y esque le dice que él iba en busca del pájaro de
plumas di oro.
-¡Ah!
-que le dice la zorra, han venido dos más en busca del mismo pájaro
y de ver que no obedecen, estoy para no dar ningún consejo.
Que
le dice que a lo lejo se veía un humito, y que era una aldea y que
en esa aldea había dos partes, en una parte estaba sin luz y en la
otra con luz. Y que él entre en la que estaba en oscuro, y que al
otro día ella lo iba a esperar.
Y
bueno, él esque había obedecido. Que había llegado a la aldea, y
él esque había entrado en la parte en oscuro. Y él esque veía
muchas cosas. Que tenía miedo pero esque había hecho valor y si
había quedado. Que había dormido ahí. Y al otro día, muy
temprano, salió. Y había seguido viaje.
Al
caminar, se había encontrado otra vez con la zorrita. Ella esque
estaba muy contenta lo que él había obedecido.
Y
que él le dice que no, que no porque ella 'taba tan flaca y era tan
chica, que no iba a poder llevarlo. Y ella que le dice que sí, que
iba a poder, que suba no más.
Y
bueno, había subido él y la zorrita lo llevaba como un caballito. Y
al ir muy cerca del pájaro, le dice que se baje.
-Mirá
-que le dice- aquí es la casa del Rey que tiene el pájaro de plumas
di oro. El Rey está durmiendo -esque le dice la zorrita- y el pájaro
está en la jaula más linda que hay. Y áhi, hay otra jaula más
vieja, en ésa lo vas a traer.
Y
claro, cuando había entrado el joven, estaba durmiendo el Rey.
Cuando había entrado él, de ver que estaba en una jaula tan linda
el pájaro, lo quiso sacar en la misma jaula, no más, y empezó a
cantar el pájaro y se despertó el Rey. Y lo pilló a él y que le
dice que qué andaba haciendo. Y que le dice que él andaba en busca
del pájaro de plumas di oro. Y entonce que le dice el Rey, que no,
que no lo iba a poder sacar, solamente que le traiga a él, el
caballo con la montura di oro, que por eso se lo daba.
Y
bueno, que salió él, muy triste, de ver que no podía sacar el
pájaro. Y había seguido el viaje. Y si había juntado otra vez con
la zorrita, que lo estaba esperando.
-Y
bueno -esque le dice- de ver que ustedes no obedecen mis consejos, yo
no quiero dar más consejos, no van andar bien.
-Mirá
-que le dice- en este corral vas a entrar. El dueño del caballo está
durmiendo. Hay monturas muy lindas y hay otras muy viejas. La montura
más vieja vas a tomar -esque le dice- y la vas a poner al caballo,
porque si le ponés la linda, va a relinchar el caballo y van a
sentir los dueños.
Y
bueno, esque había entrado el joven al corral y de ver estas
monturas tan lindas, que va y que le pone la mejor montura, y que
empezó a disparar el caballo, a dar vueltas en el corral y a
relinchar, y que se levantaron los dueños y lo volvieron a pillar al
joven.
El
dueño del caballo había sabido ser un rey, y este rey había sabido
andar interesado en una niña, y el Rey que no se animaba a hablar a
la niña porque era de familia muy delicada.
Y
entonce que le dice el Rey al joven que qué andaba haciendo, y él
le dice que anda por llevar el caballo. Y entonce que el Rey le dice
que sólo di un modo le iba a dar el caballo, sólo que le lleve la
niña que él quería.
-Bueno,
vos ahora hacé lo que vos querás, yo ayudarte más no puedo, porque
si vos no obedecís, no te puedo sacar de ningún apuro.
Y
el joven ha quedado muy triste y si ha puesto a llorar. Y no dejaba
de llorar. Y la zorrita, al ver que lloraba tanto este joven, esque
le dice al otro día:
-Mirá
-que le dice, aquí es donde 'tá la niña. La niña sale a bañarse
en esta parte, y cuando ella salga, vos vas a correr y la vas a
abrazar de atrás, porque si la abrazás de otro lado, va a gritar la
niña y van a salir los padres.
Y
bueno, este joven se había escondido y cuando ella había salido,
había corrido y la había abrazado de frente, en el apuro. Bueno,
cuando la había abrazado, la niña había pegado un grito, que los
padres habían corrido y lo habían pillado. Y entonce, que le dicen
que si él quería la niña, tenía que dehacer un cerro, hacer un
túnel, que pase un camino a lo largo y al través. Y si no lo hacía
lo mataban.
Y
bueno, este joven había salido llorando, y que ya no tenía
consuelo, porque la zorrita le decía, que si no obedecía, ya lo iba
a dejar. Y lloraba este joven sin parar.
Y
dos días dejó pasar la zorrita. Y ella esque dormía y él esque
lloraba. Que si había amanecido llorando, porque lo iban a matar si
no hacía el túnel.
-Mirá
-que le dice la zorrita, si no te dan a la niña, vos te despedís de
todos y al último, la tomás de la mano a ella y la sacás no más.
Y así lo había hecho el joven.
Y
esque había ido y le había llevado la niña al Rey y el Rey li
había dicho que el caballo era para él, que lo ensille y lo saque.
-Mirá
-que le dice la zorrita, cuando ensillés el caballo, subís y te
despedís del Rey y al último te vas a despedir de la niña. Le das
la mano y la tirás y la vas a poner en las ancas del caballo.
-Mirá,
llegá adonde tiene el pájaro el Rey. Al caballo se lo vas a
presentar al Rey. Y él te va a decir que lo vas a atar. Entonce vos
lo vas atar como para dehatarlo con facilidá cuando quieras subir, y
a la niña la vas a dejar en las ancas del caballo. El Rey va a
entrar a la pieza de él y a vos te van a entregar el pájaro. Cuando
te entreguen el pájaro, corré y subí en el caballo y dispará.
Bueno,
el joven ya hizo todo como le dijo la zorrita y disparó en el
caballo. Bueno, siempre lo esperaba la zorrita. Bueno, ya siguieron
juntos y él llevaba la niña, el caballo y el pájaro.
-Lo
que yo te pido -esque le decía la zorrita- que no te vas a bajar
cerca de un pozo di agua que hay en el camino, porque en ese pozo
-es que le advertía- tendrás que ser perdido vos y todo lo que
llevás.
Al
amanecer, que iba la niña con sé, y que habían visto una laguna.
Que él no sabía si ése era el pozo. Se había bajado ahí, y la
bajó a la niña y al pájaro. En ese pozo con agua, que parecía una
laguna, habían quedado los hermanos.
Cuando
él se había arrimado a tomar agua al pozo, se jue de cabeza, y
quedó la niña y el pájaro y el caballo solos. Y entonce cuando él
había caído de cabeza, salieron los dos hermanos, porque este pozo
estaba encantado y ahí habían caído ellos antes.
Y
claro, él se había perdido, y los hermanos, de ver que encon-traron
la niña, el caballo y el pájaro, se devolvieron con todo esto, muy
contentos ellas. Se devolvieron adonde 'taba el padre. Y claro,
llegaron y le dijieron que ellos habían conseguido el pájaro de
plumas di oro, y que llevaban ese caballo y la niña, y que no sabían
nada del hermano, que se habría muerto.
Claro,
el caballo lo echaba de menos al joven, no comía ni nada, y no
relinchaba. El pájaro no cantaba y la niña esque estaba muda.
Y
bueno, la zorrita ya 'taba sabiendo lo que le pasaba a este joven. Y
fue, y al ver que se había caído en el pozo, entró ella a sacarlo.
-Mirá
-esque le dice, el pájaro, la niña y el caballo ya están en la
casa de tu padre, los han llevado tus hermanos y dicen que son de
ellos. El caballo no come ni relincha, el pájaro no canta y la niña
está muda. Lo que vos vas a hacer, te vas a vestir de mendigo, yo te
voy a enseñar cómo vas a hacer. Y el favor que te voy a pedir, por
todos los servicios que yo ti hecho, que es un solo favor, pero
primero te voy a decir lo que vos vas hacer. Te vas a vestir de
mendigo y vas a llegar golpiando la puerta de la casa del Rey. Cuando
vos golpiés la puerta, el Rey te va hacer pasar. El pájaro va a
cantar, el caballo va a relinchar y la niña va hablar, y el Rey va a
preguntar que por qué sería eso. Entonces vos le vas a decir que
sos el hijo menor y el que has conseguido todas esas cosas y por
dehobediente te ha pasado eso. Y áhi le contás todo el caso como es
y todo lo qui han hecho tus hermanos. Y antes de que te vas, éste es
el favor que te voy a pedir: que me cortís las cuatro patitas.
Que
le dice el joven que no, que cómo la iba a dejar inútil, de que ya
no iba a poder andar. Y que ella le dice que sí, que lo tenía que
hacer, que ella le iba a agradecer.
Y
bueno, esque le dice que como era un pedido de ella que él no le
podía decir que no, y que lo iba hacer. Y li había cortado las
cuatro patitas y se hizo ella una niña. Que había sido una niña
encantada, y que tenía una virtú para adivinar. Por eso lo había
ayudado al joven.
Y
bueno, que él había visto esta niña tan linda, en un palacio
también muy lindo. Ella 'taba encantada hasta que pudiera hacer esta
obra que habían hecho con el joven. Y bueno, se habían despedido y
le había agradecido mucho y ella también le agradeció.
Se
había disfrazado de mendigo y había llegado pidiendo limosna. Que
lo habían visto y el Rey que lo había hecho pasar para adentro. Y
cuando, esque había pasado, el pájaro esque había cantado y el
caballo había relinchado y había hablado la niña. Y que el Rey
esque dijo que por qué pasaba eso. Y que la niña le dijo que ella
conocía ese joven que venía de mendigo. Y que el Rey que decía,
cómo podía ser eso.
Entonce
el mendigo esque le dijo que él era el dueño de los animales y que
era el hijo menor de él. Y áhi contó todo como era.
Y
diz que han llamado a los hermanos y el Rey les ha dicho que los van
hacer quemar por la mala aición de ellos con el hermano. Y los ha
hecho quemar.
Y
áhi si ha casado el joven con la niña y el Rey li ha dado la corona
y ha sido el Rey de ese reino.
Pastora
Soria, 25 años. Guandacol. La Rioja, 1951.
La
narradora dice que aprendió éste y muchos otros cuentos del padre,
Blas Soria, nativo de Guandacol, quien era un gran narrador y que
murió a los 68 años, en 1945.
La
narradora hace la diferencia entre el sonido de la
y y de
ll, que es tradicional en la
pronunciación del oeste de La Rioja; aspira las
eses finales, y también en el sufijo
des de muchas palabras (deh-hacer,
deh-ensillar); en otras pone empeño en corregirse. La
rr es asibilada. Su entonación, la
típica del noroeste, está muy atenuada por el contacto frecuente de
gente de otras regiones, pues trabaja en un hotel de la capital de la
provincia.
Cuento
1079. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 072
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