Diz
que era un rey que tenía un hijo solo.
Diz
que el Príncipe éste era muy valiente, y que le dice al padre que
va hacer viaje a un reino que diz que 'taba muy lejo, y que se
llamaba Las Tres Naranjas. Él quería ir de todas maneras a ese
reino. Ya no dormía por pensar en Las Tres Naranjas.
Claro,
el Rey que no quería que juera, y que le había dicho que hay muchos
peligros en Las Tres Naranjas, que no viaje a tan lejas tierras y tan
peligrosas.
Li
ha preparau el avío, y diz que li ha ensillau la mejor mula. Diz que
li había dau una mula porque era lugar de cerros ande tenía qui
andar, y es mejor la mula que el caballo. Y li ha dau otra mula 'i
tiro.
Cuando
anduvo unos cuantos días de viaje, que andaba preguntando siempre
por ese lugar de Las Tres Naranjas, que ha encontrau un caballito
flaco a la orilla del camino, y que el caballito le ha hablau y li
había dicho:
El
Príncipe no li hacía juicio, pero como las mulas ya no podían
caminar le ha atendido. Áhi ha bajado la montura y que ha ensillado
el caballito ése. Al momento el caballito era como si volara por el
aire. Y diz que ha llegado a Las Tres Naranjas. Áhi había una
planta de naranjo y tenía tres naranjas di oro. El caballito li ha
dicho que las corte a las naranjas y las guarde, y salga ligerito
porque si no corría peligro de muerte. El joven las cortó a las
naranjas, las guardó en las alforjas y montó en el caballito. El
caballito salió al galope en el aire.
Cuando
llegó el Príncipe ande había dejado las mulas, las mulas 'taban
áhi, lo 'taban esperando. Entonce dejó el caballito y siguió con
las mulas.
Habían
andau mucho y sintió sé y hambre. Si acordó de las naranjas. Sacó
una y la partió. Cuando la ha partido, salió una niña como di un
encanto, una niña preciosa, y que le dice:
-Príncipe
valiente, si me da espejo para mirarme, tualla para secarme y peine
para peinarme, no seré perdida.
Siguió
el Príncipe el camino. Otra vez tuvo sé y hambre y sacó otra
naranja. La ha partido y entonce salió de la naranja una niña más
preciosa que la primera y diz que li ha dicho al joven:
-Príncipe
valiente, si me da espejo para mirarme, tualla para secarme y peine
para peinarme, no seré perdida.
El
Príncipe si ha quedado muy pensativo y cuando ha pasado por cerca di
un pueblo ha ido y ha comprado un espejo, una tualla y un peine.
Ha
vuelto a sentir sé y hambre y ha partido la tercera naranja. Entonce
di adentro de la naranja salió una niña más bonita todavía y li
ha dicho:
-Príncipe
valiente, si me da espejo para mirarme, tualla para secarme y peine
para peinarme, no seré perdida.
Entonce
la niña tuvo eso y siguió con él. El Príncipe la alzó por
delante y siguió. Cuando 'taban cerca del palacio, le dijo que la
iba a dejar para ir a buscarle ropa. Y la dejó en un árbol. Este
árbol estaba a la orilla de un arroyo de aguas cristalinas.
Después
de un rato llegó una negra esclava del Rey a buscar agua al pie del
árbol con unos cántaros.
Ha
llegado la negra y ha mirado en el arroyo y ha visto una niña blanca
y rubia en el agua. Y ha creído que era ella y lo que si ha visto
tan linda, claro que era la niña que 'taba arriba del árbol, ha
dicho:
Y
áhi ha tirado lejo los cántaros y los ha roto y si ha vuelto al
palacio. Y en el palacio si han réido de la negra y la han vuelto a
mandar a buscar agua.
Ha
llegado la negra a levantar agua del arroyo, al pie del árbol, y ha
vuelto a ver esa carita tan bonita, y ha vuelto a decir:
Y
ha vuelto a tirar los cántaros y los ha roto. La negra 'taba crendo
que era ella la que se vía en l'agua.
Y
diz que la niña que 'taba mirando si ha puesto a reir a carcajadas.
Y áhi si ha dau cuenta la negra de todo. Y ha hablau con la niña y
ha sabido la historia de la niña y del Príncipe.
Diz
que esta negra era bruja y ha queríu quedar en su lugar. Y li ha
dicho a la niña pórque no se dejaba espulgar para entretenerse un
rato. La niña ha dicho que sí. La negra ha subido al árbol, y diz
que mientras la espulgaba li ha clavado un alfiler y la niña si ha
hecho una palomita y si ha volado a las montañas.
Diz
que la negra se quedó en el gajo esperando al Príncipe. Llegó el
Príncipe y muy sosprendido le preguntó qué le pasó. Entonce ella
le dijo que el sol la había quemado pero que ya se iba a componer.
Entonce él la llevó al palacio. Entonce vivieron áhi.
Diz
que la palomita ha comenzau a ir al palacio y áhi qui hacía su
tantito que era tan triste, que el hortelano del palacio le jue a
contar al Príncipe. El Príncipe la hizo pillar y la hizo poner en
una jaula muy linda. El Príncipe no sabía porque le tenía tanto
cariño a la palomita y la negra se ponía enojadísima de ver eso.
Diz
que en cuanto salió el Príncipe la negra la puso a la palomita en
una olla 'i vinagre pa que se muera.
Diz
que volvió el Príncipe y lo primero que hizo es preguntar por la
palomita. La negra le dijo que si había volado, pero el Príncipe la
empezó a buscar y la encontró en l'olla'i vinagre, ya casi muerta.
Áhi le encontró el alfiler y se lo sacó, y se transformó en la
niña blanca y rubia que era.
Entonce
el Príncipe mandó que ataran la negra en cuatro potros chúcaros y
los largaran. Diz que lo ataron y los potros han despedazado a la
negra.
El
Príncipe si ha casado con la niña de Las Tres Naranjas. Esas niñas
de Las Tres Naranjas eran hijas di un Rey que los encantó en las
naranjas para que se casaran con príncipes que jueran capaces de
sacarlos del encanto. Y áhi jue este solo Príncipe que era el más
valiente.
Miguel
Ángel López, 76 años. Tafí del Valle. Tafí. Tucumán, 1951.
Gran
narrador. Ha vivido siempre en esta zona de la Provincia.
Cuento
977. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 072
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