La
princesa encantada
Había
una vez un príncipe que cabalgaba cerca de un río, cuando sintió
que alguien cantaba con una vocesita muy dulce.
El
Príncipe sorprendido le preguntó quién era, y la paloma le dijo
que era una princesa que había sido transformada en paloma y que
seguiría así hasta que alguien la fuera a buscar a un misterioso
lugar, al que sólo se podía llegar por el sendero de las
tentaciones.
Sin
agregar una palabra más, se sacó con el pico una pluma que tenía
virtú. Se la entregó al Príncipe y emprendió vuelo
desapareciendo.
El
joven montó a caballo y le pidió a la pluma que le indicara el
camino que debía seguir para rescatar a la Princesa. Entonces la
pluma le dijo que debía seguir siempre adelante, sin retroceder
jamás, hasta que llegara a un lago.
-Volvete
que aquí hay agua... pero siguiendo los consejos de la pluma, no
quiso retroceder.
A
medida que caminaba, se le presentaban muchas tentaciones a las que
el Príncipe siempre supo vencer.
Por
fin llegó a un lugar maravilloso, en el que había un hermoso lago,
y allí vio a la palomita que lo estaba esperando. Se aproximó y
arrojó la pluma al lago y entonces a la paloma se le empezaron a
caer las plumas y se transformó en una linda joven.
Santiago
Careggio, 38 años. Arata. La Pampa, 1950.
Variante
del cuento La ranita encantada. La
narración es esquemática.
Cuento
971. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 069
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