Había
habido un rey que tenía tres hijos, y este rey todos los años
peliaba con los moros. Y peliaban también los dos hijos mayores. El
shulco no salía al combate. Los dos hijos, ya cansao de peliar le
dicen al pagre que porque no lo hace peliar al hermano menor. El
pagre les contesta que cómo no.
Entonces,
un día vienen los moros, los indios, de nuevo, a peliar, y sale el
mozo al combate y los vencieron.
Cuando
llegan áhi, pelian la miseria de un año. Después se hacen amigos
de los moros, porque este mozo era muy bueno, y se quedan en esas
tierras. Los soldados que llevaba el mozo se casan todos con las
moras.
Un
día estaban comiendo, y siempre que iban a merendar se bajaba de un
árbol una lorita muy linda. Ese día, otro de los generales que
llevaba el mozo, le dice si por qué no se casaba.
-Y
di áhi -le dice el otro, con esa lorita. Vea, yo sé que con ella va
hallar buena suerte, porque es una niña que está encantada.
El
mozo se casa y luego vuelve a sus tierras. En el camino encuentra
tres jóvenes que lloraban la muerte del pagre y no tenían para
enterrarlo y pagar las deudas. Como el mozo tenía buen corazón, se
compadece y les da todo lo que necesitaban.
Sigue
después su camino. Llega a su tierra. Lo reciben muy bien los
pagres. Todos la conocen a la lorita y la querían mucho, porque era
muy linda.
Ya
habían pasau la miseria de dos años y la lorita seguía igual. Un
día le dice a su marido que al otro día iba a terminar su
encanta-miento y volvería a ser otra vez niña. Pero que no deje
dentrar a la casa a nadie, porque había una vieja hechicera que le
quería el mal, y la iba a llevar al fin del mundo.
El
mozo pone guardias por todas partes para que no dentre nadie a su
casa. Pero la vieja hechicera se hizo un gato negro, igual a uno que
había en la casa y así dentró no más sin llamar la atención. La
cazó a la lorita y después se volvió pájaro y la llevó no más
para el fin del mundo. Como el mozo le había tomau cariño, sale a
buscarla. Ya había andau la miseria de tres años, preguntando por
todos lados sin tener noticias. Cuando llega a una casita, llama, y
sale un viejo bien viejo, y le dice:
-¡Qué
anda buscando, amigo! ¿Qué anda haciendo que ha llegau por aquí?
-Mire,
ando buscando a mi mujer, que una hechicera me la llevó al fin del
mundo, y quiero saber dónde queda ese lugar.
-Mire,
mozo, yo no sé, pero pueda que sepa mi hermano mayor. Como la casa
queda de aquí cien leguas, yo le presto mi caballo.
El
mozo toma el caballo y sale arrancando montes por esos caminos donde
no había alma viviente. Anda y anda hasta que va a rayar a otra
casa. Áhi le sale al encuentro otro viejo que ya estaba
chuchuquiendo de viejo. Lo recibe muy bien, le sirve comida que el
mozo no había probau en su vida, le da a donde descansar, y al día
siguiente cuando despierta, encuentra todo distinto.
-Mire,
yo le entrego su mujer que ahora es esta niña tan linda, y le doy
esta trojapara que se vayan a su pueblo. Aquí es el fin del mundo y
Nuestro Señor me da permiso para darle este pago, por el favor que
les hizo a mis hijos allá en la tierra. Así premia Nuestro Señor a
todos los que tienen buen corazón.
Alfredo
Torres, 72 años. Puerta de la Quebrada. Capital. La Rioja, 1950.
En
este cuento de La esposa encantada
encontramos motivos del muerto
agradecido.
Cuento
967. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 069
No hay comentarios:
Publicar un comentario