Diz
que era un hombre pobre que se perdió en el monte. Y que vino y lo
encontró un zorro. Y entonce le preguntó cómo se llamaba. Y él si
había olvidau el nombre. Y el zorro le ha dicho:
Y
lu ha llevau para la cueva d'él, para la casa, y le daba de comer
gallinas. Y dice que el zorro no sabía qué hacer con él. Había un
Rey cerca. Que el zorro tenía guardada una bolsita de illas, que le
llaman a la plata de antes, y una bolsita de esterlinas. Y se va al
Rey y le dice que lo ha mandado José Chanchones que le preste un
almudo para almudiar plata.
-¿Quién
es ese señor que es tan ricacho que parece que tiene más plata que
yo? -y le prestó el almudo.
Ha
veníu el zorro a una zanjita, y puso las illas en las hendijas del
cajón, y se fue a entregarlo. Y al otro día jue otra vez a que le
prestase el almudo pa almudiar oro. Y otra vez sacó la bolsita de
esterlinas, y lo jue a entregar con esterlinas en las hendijas.
Entonce le dice el Rey:
Y
entonce recién el zorro ha ido pa la cueva a verlo a José
Chanchones; lu había lavau bien y li había cortau esos pelos que
tenía por todas partes. Y se jue otra vez para el Rey y le dijo que
el señor ése si había caído a la acequia y si había mojado el
único traje que había traído, y que le mandara todo para que
pudiera venir. Y entonce el Rey sacó el mejor traje que tenía y
zapatos, y le mandó. Y el caballo ensilado, el mejor caballo.
Y
mientra que lo vestía el zorro al hombre, el Rey había preparado la
casa y alfombrado hasta la calle. Que el Rey tenía una hija y la
quería hacer casar.
Y
entonce que el zorro lu ha lavau al hombre. Y que tenía una bolsa de
harina y li ha puesto por todo el cuerpo. Y así lu ha cambiau,
parecía otro. Y lo llevó haciendoló subir en el caballo, ¡Uta, el
zorro! Y lo llevó.
El
Rey lo esperaba en la calle, con la hija. Que lo ha bajáu del brazo,
del caballo. Y güeno, y lu ha invitau esa noche a cenar. Y ya le
dijo que lo iba hacer casar con la hija. Y ya 'taban en el baile,
después de la cena. Y bailaba con la hija del Rey este hombre. Y
conforme iba bailando se le iba saliendo la harina. Y entonce, cuando
se le acabó, vieron que era José Chanchones. Y entonce ya se ha
enojáu el Rey.
Y
el Rey lu hacía buscar al zorro por la picardía que li había
hecho. Y bueno, como no lo encuentran al zorro, hizo pillar una mula
bien arisca y lu ató a José Chanchones de la cola y lo largó.
Todavía ha de andar atado de la cola de la mula.
Clementina
de Alvero, 68 años. Tilcara. Jujuy, 1951.
Cuento
1073. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 072
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