En
un país lejano había un rey que tenía cuernos, pero sólo lo sabía
su peluquero, que se los disimulaba muy bien con el peinado.
Cierto
día el Rey quiso cambiar de peluquero y fue a otro. Le descubrió su
secreto o mejor dicho su defecto y le dijo que guardara el secreto
porque sinó lo mataría.
El
peluquero no pudo resistir y habló. Para ello hizo cavar un profundo
pozo y allí comenzó a gritar.
Tapó
el pozo y el secreto quedó sepultado bajo tierra. El hombre quedó
tranquilo y pudo dormir en paz.
Sobre
el pozo creció una variedad de caña. Cierto día un pastorcillo
cortó una caña para hacer una flauta, y al tocar decía:
Juan
Medina, 67 años. Colonia Juan Esteban Martínez. Lavalle.
Corrientes, 1950.
Cuento
890. Fuente: Berta Elena
Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 069
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