Se
cuenta que era un rey pilón, que tenía las dos orejas cortadas.
Todos
los días iba al palacio de este Rey, un niño a buscar un almú de
afrecho y de trigo. El Rey tenía siempre las orejas tapadas. Un día
que vino el niño al palacio, que era hijo de un compadre del Rey,
vio que el Rey tenía la cabeza destapada y que no tenía orejas. Al
niño le llamó mucho la atención y lo miró con mucha curiosidá, a
lo que el Rey le preguntó:
Entós
el Rey le dijo que no contara que él estaba sin orejas, y que si
contaba le iba a cortar la cabeza.
El
niño se jue a la casa. No sabía cómo hacer pa contar que el Rey
era pilón, pero tenía miedo porque le iban a cortar la cabeza. Ya
no podía comer ni dormir con ese secreto. Entós lo que hizo, es
sacar una pala y un pico y salió al campo. A la orilla de un río
hizo un pozo bien hondo, se agachó sobre la boca del pozo pa que
naide lo oyera, y dijo tres veces:
-El
Rey es pilón, el Rey es pilón, el Rey es pilón. Después tapó
bien el pozo y se volvió a su casa más tranquilo.
Por
ese lugar pasó, después de mucho tiempo, un pastorcito de cabras, y
al ver las cañas tan lindas, cortó una pa hacer una flauta. Hizo
una flauta y empezó a tocar. La flauta en vez de sonar como las
otras flautas hablaba y decía:
Ya
empezó a llamar la atención a todo el mundo esto y llegó a
conocimiento del Rey. Entós lo mandó llamar al pastorcito, y claro,
ya se enteró de todo y vio que el niño no había delatado el
secreto.
Cesáreo
González, 84 años. Barrancas. Pehuenches. Neuquén, 1952.
Campesino
afincado en el lugar. Muy buen narrador.
0.015.1
anonimo (argentina) - 069
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