Los tres picos de amores
Que
había un rey, que se casó muy joven con una reina. Este rey salió
a pasiar por los campos. Entonces, cuando iban a caballo, ella iba en
ancas del caballo. Y se cruzó un lagarto. Y la señora se cayó. Se
ha caído la señora, entonce el Rey se enojó. Y le dijo que ella se
había caído porque el lagarto había pasado. Entonce va el Rey a la
casa. Después la Reina 'taba de encargue.
Y
cuando la Reina ya se iba a enfermar, había señoras que la iban a
atender. Y cuando ha nacido el niño era un lagarto. El Rey ha dicho
que no era hijo de él. Entonce se le ha escapado a las señoras por
medio de las manos el lagarto. Entonces, dice, que se ha botado a los
campos. Y cuando se ha botado a los campos, después de cinco años,
él ha vuelto. Que le golpeaba la puerta en la casa del Rey. Salió
el Rey y lo atendió. Que le dijo:
Entonces
ha ido él. Tenía tres sobrinas. Ha ido él. Ha buscado una sobrina,
la mayor. Y al decirle que vaya para que duerma con el lagarto, le
dio un cuchillo. Con ese cuchillo tenía ella que matarlo al lagarto.
Y cuando ella se iba a dormir, el lagarto vino y lo ha agarrado con
el cuchillo y lo ha querido matar, y el lagarto ha sido más rápido
y le clavó las uñas en la garganta y la ha muerto. Se ha botado
otra vez a los campos.
Cuando
ha vuelto de aquí cinco años, otra vez dice, ¿no?, le ha dicho al
Rey lo mismo. Le volvía a golpiar la puerta.
-Soy
yo, dice, su hijo lagarto, al que lo negó tal año. Quiero que me dé
casa, comida y mujer -que le dice, ¿no?
Bueno,
se ha vuelto a ir a buscar la otra sobrina. Tamién le ha dado un
cuchillo, dice, para que lo mate. Tampoco iu ha podido matar.
Entonce, dice, que tamién el lagarto la ha matau a ella. Se ha
vuelto a botar a los campos.
Y
ha vuelto otra vez, de aquí los cinco años. Vuelta otra vez a
golpear la casa. Le ha respondido el Rey, y le ha dicho que quería
casa, comida y mujer, ¿no?
Entonce,
dice que ha ido el Rey y la ha buscado a la hermana menor, ya la
última. Que le dice que se lleve un cuchillo para que lo mate, a ver
si es más rápida. Y dice que le ha dicho que no, que ella se va a
casar con el lagarto, pero que no lo va matar. Que no quiere ninguna
arma. Entonce ella se ha ido, dice, más decidida. Entonce el lagarto
la ha agarrau y le ha dicho de que él estaba en encanto, pero que
esperara dos años, que él iba a salir del encanto, ¿no? Entonce,
este, ha agarrado ella, tenía una pieza grande, dice, la pieza ande
él dormía, dice. Que de noche venía él, se sacaba la ropa. Dice
que todo sonaba como una seda, y se acostaba, dice, pero en oscuro la
pieza. Y cuando ya era de cerca 'el día, se volvía a poner la ropa
y salía otra vez a los campos. No se dejaba ver.
Bueno...
Han tráido una vela, dice, de esas de sebo. Y que han prendido. Dice
que lo han visto. Dice que era un niño tan precioso, que ha
agarrado, ella, se ha quedado embelesada, dice, viendoló al niño
tan bonito que era, y le ha cáido una gota de sebo en la cara.
Entonce él se ha despertau, se ha enojau y le ha dicho de que por
qué había hecho eso. Que por qué no había esperado los dos años
que él le había dicho, que ahora ella está perdida, que él se
vuelve a los campos. Y que le costará mucho para volver a llegar a
verlo a él. Que esas noches que él venía a verla, le ha traído un
vestido del sol, le ha traído otro vestido de la luna y uno de las
estrellas, y un peine, que se peinaba, dice, y derramaba perlas de
oro. Todos esos regalos, ¿no? Y le había tráido un anillo de
virtú.
Y
cuando la niña ésta, ya después se ha quedado, el lagarto ya se ha
ido, entonce a ella tenía que costarle muchísimo para que llegue
ande taba Lagarto. Le dijo que lo podría encontrar en Los Tres Picos
de Amores. Y ahí se ha ido él, a Los Tres Picos de Amores.
Cuando
la chica, dice, que ha salido a buscarlo, ¡uh!... dice que ha andado
muchísimo. Dice que con el anillo de virtú comía y andaba. Que ha
ido, dice, a consultar con la madre del viento. Que corría media
legua el viento, de un tranco. Nu estaba en ese momento. Y la hizo
esconder a la chica. Cuando entonce ha venido el viento, que le dice
la madre, dice:
-Mire,
yo corro medio mundo, dice, pero nu hi sentíu decir Los Tres Picos
de Amores, dice. Pueda ser mi hermano, dice, que pueda conocer.
Entonce
se ha ido al hermano, al otro viento, la chica. El hermano, dice, que
cuando ha llegado le dice si no conocía él Los Tres Picos de
Amores. El otro viento, que corría más cantidá... Entonce le ha
dicho que sí, que conocía Los Tres Picos de Amores, pero que le
costará muchísimo para llegar.
Y
en eso que se ha ido y ha caminau y ha llegau a la casa del rey de
los pájaros. Y el rey de los pájaros ha llamau a todos los pájaros
y li ha preguntau si conocen Los Tres Picos de Amores. Han dicho que
no lo conocen. Faltaba una águila vieja y cuando ha llegau li han
preguntau y ha dicho que de allá viene, que ha 'tau en la fiesta, en
la boda di un Príncipe que se ha casau con la Princesa de Los Tres
Picos de Amores. Y la águila la ha llevau porque era la única que
sabía ande era este reino, que era muy lejo.
Cuando
ya ella ha llegado, se ha alojado al frente de la casa ande 'taba
viviendo la Princesa casada con el Príncipe. Ya Lagarto 'taba casau.
Ya
ella iba a misa el domingo y se puso el vestido de la luna. Y la
señora lo miraba y que le decía:
-Negra,
dice, andá decile si quiere venderme el vestido de la luna, dice,
que le voy a pagar la plata que quiera.
Y
se va y le dice que si quería vendele el vestido de la luna. Que la
chica le dice que no, porque ese vestido no lo vende por ninguna
plata. Que podía vendelo si la dejaban hablar esa noche con el
Príncipe. La Princesa no quería, pero la negra li ha dicho que lo
deje y que le dé algo al Príncipe pa que se duerma. Y entonce dice
que ella ha aprontado un vino y le ha dicho que sí, que puede hablar
con Lagarto.
-¿Te
acordás cuando me has regalado este vestido de la luna -dice- en
aquel tiempo cuando me casé con vos?
A
Lagarto no le ha salido una palabra, dice. Que taba como dormido, que
no se acordaba nada. Y era porque había tomado el vino que le dio la
señora.
Al
otro domingo se ha puesto la chica el vestido de las estrellas, y ha
ido a misa. Y la negra le ha avisado a la Princesa. Y la Princesa se
lo ha mandado a comprar. Y la chica ha dicho que no lo vende por
ninguna plata. Que podía venderlo si la dejaban hablar esa noche con
el Príncipe. Entonce dice que le han dado al Príncipe el vino y la
han dejado a la chica que hable. Y la chica ha ido, y que le decía
llorando:
-¿Te
acordás cuando me has regalado este vestido de las estrellas?, dice,
en aquel tiempo que vivimos juntos, en aquel tiempo cuando me casé
con vos.
Lagarto
no ha dicho nada. No se daba cuenta, no se acordaba, porque había
tomado el vino.
Al
otro domingo la chica se pone el vestido del sol y sale al jardín de
la casa y se peina con el peine que derramaba perlas de oro. La negra
andaba mirando y se va corriendo y le dice a la Princesa, del vestido
y del peine. La Princesa contenta la manda a la negra, que le venda
el vestido y el peine, que le va a pagar toda la plata que quiera. La
chica le dice que ella no vende nada por plata, que se lo vende si la
dejan hablar, por última vez, con el Príncipe.
-Amito,
¿qué pasa, que van dos noches que viene una niña muy bonita, con
unos trajes nunca vistos, dice, y le habla, dice, y usté 'tá como
dormido, no contesta nada? A mí me parece, dice, que le dan algo
malo a usté. Y esta noche dice que viene.
Lagarto
si ha dau cuenta que algo pasa y cuando la Princesa li ha dau el
vino, él si hace el que lo toma, y lo echa al suelo, en un rincón.
-¿Te
acordás, Lagarto, cuando me has regalado este traje y este peine, en
aquel tiempo que nos casamos, y yo de curiosa te miré con una vela,
te eché una gota de sebo, antes de que se cumpliera el encanto, y me
dijistes que te buscara en Los Tres Picos de Amores?
-Ésta
es mi señora verdadera. Ella me sacó de un encanto y ahora me ha
sacado de Los Tres Picos de Amores. Yo me voy con ella a mis palacios
y aquí se quedan todos.
Felipa
Guaymás de Arroyo, 50 años. Chicoana. Salta, 1970.
La
narradora aprendió el cuento de la madre, Antonia Salvá, nacida y
criada en Chicoana, como ella, y que en la actualidad tiene 78 años.
Cuento
1000. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
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anonimo (argentina) - 072
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