Diz
que había una vez una zorra y un caranchi. Eran compagres.
Después
di un rato, güelta han empezao a gritar. El caranchi cada vez más
juerte y la zorra cada vez más despacio.
El
caranchi cuando gritaba se sacudía las plumas, pero la zorra no
podía, se le pegaba la nieve en los pelos. El caranchi 'tá
acostumbrado, pero la zorra se estaba muriendo de frío.
Felipe
Mamaní, 42 años.
Cara
Cara. Yavi. Jujuy, 1952.
El
narrador es un pastor puneño. No habla quichua. Su apellido es
también indígena.
Cuento
830 Fuente: Berta Elena Vidal de Battini
0.015.1
anonimo (argentina) - 048
No hay comentarios:
Publicar un comentario