Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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sábado, 31 de enero de 2015

La gallina que se rompio el pico-picuello .077

Había una gallina que tenía mucha hambre, y empezó a buscar cacahuetes para picar. Encontró algunos granos en la terraza de una casa; pero, en lugar de cogerlos, picó en el suelo y se rompió el pico-picuelloi. Se alarmó mucho porque se daba cuenta de que sin el pico no podría comer más y se moriría de hambre.
Entonces fue a ver a un zapatero: «Amigo zapatero, se me ha roto el pico-picuello y pensaba si tú serías capaz de hacerme uno nuevo». El zapatero le respondió: «Me gustaría hacerte este favor; pero si te lo coso con los hilos que uso, el roce con el suelo los cortará y volverás a perder el pico-picuello».
La gallina acudió entonces al carpintero: «Si me pudieras poner un pico-picuello de madera, te lo agradecería mucho y me habrías salvado la vida». El carpintero no tenía una madera suficientemente dura; así que fue al bosque para buscarla. Pero regresó cansado y con las manos vacías. Así que la gallina se dirigió a la casa del albañil.
El albañil le dijo: «Podría hacerte un pico de cemento. Pero a lo mejor no aguantarás el peso». La gallina pensó que era mejor tener un pico de cemento que quedarse sin poder comer. Decidió, pues, que se lo hiciera. Y, con su nuevo pico, empezó de nuevo a buscar comida.
Encontró unos granos de cacahuete en la terraza de una casa. Y, justo cuando tenía dos granos atragantados en el cuello, no pudo soportar el peso del pico, que golpeó contra el suelo y se le volvió a romper.
La gallina comprendió que no tenía tiempo de volver a casa del albañil, porque antes ya se habría ahogado. Probó a beber un poco de agua, pero los granos seguían atragantados dificultándole la respira­ción.
Entonces pasó por allí otra gallina, que le preguntó: «¿Qué te ha pasado?». La otra empezó a contar su desventura: «Estaba buscando comida; he golpeado el suelo con el pico-picuello, y se ha roto; he ido a la casa del zapatero para que me pusiera uno nuevo, pero era difícil porque el roce hubiera roto los hilos con los que suele coser; luego he acudido al carpintero, por si podía hacerme uno de madera, pero la madera que tenía no era lo bastante dura y cuando ha ido al bosque no la ha encontrado de mejor calidad; por fin, el albañil me ha hecho uno nuevo de cemento; pero no he podido soportar tanto peso y, al ir a picar un grano de cacahuete, he golpeado otra vez el suelo y se ha roto de nuevo. Y ahora estaba bebiendo agua para ver si consigo tragarme estos dos granos que se me han atragantado en el cuello».
Tanto y tanto habló la gallina, que los granos se le atragantaron definitivamente. Y allí mismo murió ahogada: porque, pese a tenerlo roto, no supo cerrar el pico.

Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat

0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 055


i También de raíz occidental, es el único cuento encadenado de la colección.

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