Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

viernes, 16 de enero de 2015

El tigre ingrato .584

Por el montecillo, iba por el camino un hombre. Lo ha encontrado al tigre apretau con un árbol. Entonce el tigre le dice:
-Vea, amigo, porque no hace el favor, me dehapreta. Me dehapreta, vea.
-No -le dice, usté me va a comer si lo dehapreto.
-No, que no lo vuá comer.
Bueno, muy bien, tanto pedile, lo dehapreta el hombre. Y bué... Por áhi cerquita no más ya lo quiere comer el tigre.
-¿Ha visto? No, no, no, esperesé -dice- vamos a buscar un juez, pa que recién me coma. Vamos a ir a un juez.
Van caminando por áhi, por un camino. Encuentran un caballo ya medio flacucho, ya liquidado. Le dice:
-Éste, este caballo nos va servir de juez -dice el hombre.
-Muy bien, diga lo que es -dice el tigre.
Se para el caballo.
-¿Qué le pasa? -que dice el caballo.
-Vea, este hombre ha 'tau apretau con una rama, o sea el tigre, y me ha pedíu que lo dehaprete, que no me va comer. Y ahora porque lo hi dehapretau me quiere comer. Quiero que usté solucione esta situación.
Y dice el caballo:
-¡Comaló, no más a éste! Porque el hombre es el que mi ha liquidau así y mi ha dejau en este estau.
-No, no, no -dice. Vamos primero, vamos a otro juez. Segundo, en fin, tercero, tendrá que ser. Recién me va comer.
-Bueno, vamos a otro juez.
Van por áhi. Lu encuentran al buey. Bueno, medio flacucho el buey, liquidau. Le dice el hombre:
-Vea, pensé y quiero que usté me solucione esta situación.
-¿Qué le pasa?
Ya avisa el tipo lo que le ha pasau, como lo que avisó al caballo. Le dice el buey:
-Comaló no más -le dice- porque él mi ha liquidau -dice- y mi ha dejau así, en este estau.
Entonce dice:
-No, no, no, vamos al tercer juez.
Llegaron por áhi, en lo que iban, dice, y lu encuentran al zorro, a don Juan, que le dice:
-¡Ah, usté me va a solucionar este problema!
-¿Qué le pasa? -que le dice.
El tigre diz que era tío del zorro.
-Mire lo que me pasa, aquí el tigre me quiere comer después que lu hi dehapretau, en fin, y ahora quiero que usté me dé una solución a este caso.
-Bueno, vea, yo, sin ver el caso no se pude solucionar eso. Vamos a ver adonde ha sido el lugar del hecho.
Se vuelven pa atrás.
-A ver, ¿cómo ha síu el asunto?
-Vea, él, el tigre ha 'tau apretau con esa planta, aquí, y él me pedía que lo dehaprete porque no m'iba a comer. Y bueno, ya lu hi dehapretau y me quiere comer. Ahora va ver pa que falle.
-Pa que falle esto tengo que ver cómo ha síu el asunto. A ver, cómo ha 'tau usté. A ver. Echesé.
Se echa el tigre y ya si ha apretau una pierna y un brazo con el gajo 'el árbol. Y dice:
-Aguantesé. Quedesé no más áhi, por desagradecido.
Entonce él, el zorro, le pregunta al hombre:
-Muy bien, amigo, ¿'tá conforme con la sentencia?
Y que le dice el hombre:
-Después que usté mi ha salvau esta situación, ¿con qué le puedo agradecer a usté?
Y que le dice el zorro:
-Y, con lo que sea su voluntá.
-¿Qué le parece? ¿Qué le gustaría que le regale?
-Bueno, una atención, una gallinita...
-Mejor -que le dice- vea, le vuá regalá un señor par de cabritos.
¡Ah!..., ¡el zorro contento!, ¡claro!, ¿no?
-¿Y cuándo me los va trair?
-¿Y adónde quiere que le entregue? Usté dirá -que le dice, señor juez.
-Vea, en tal parte, en la lomita tal, áhi yo tengo mi casa -dice. Usté me los lleva para áhi -que dice. Entonce áhi yo lo vuá esperá.
-Yo le vuá llevá. Tal hora, cerca 'e la oración, que nadie vea, le vuá llevá.
-Muy bien -dice, yo lo vuá esperá.
Y este hombre, en agradecimiento -ya va vé lo que le había hecho, ¡pobre juez! Li había embolsau en una bolsa otra cosa y si había ido. Se va allá. Lu espera en la lomita, áhi. Y entonce le llevó la bolsa con los dos cabritos para el juez, y habían sido dos caschis bravos. Cuando el zorro la empezó a arrastrar a la bolsa pa llevarla a la casa de él, para podela devorar, se le abrió la bolsa y salieron los dos caschis. ¡Por Dios!, y lo sacaron al zorro, y lo empezaron a corré. El zorro disparaba para acá, pal otro lado, y seguía por medio 'e los matorrales. Ya traspirado había podido llegar a la cueva. Se entró a la cueva. Y los caschis se quedaron en la boca de la cueva. Y el zorro, después se miraba la cola mojada, no sé qué pasaría áhi, ¿no? La mojación no podía ser sudor. Entonce que decía el zorro, que retro-cedía pa ajuera y decía:
-¡Comalón a la cola por floja! ¡Cómo si ha dejau babiar con los caschi!
Y para mí que no era baba, sinó otra cosa de mal olor.
Y áhi lu agarraron los caschis y lo mataron.

José Cirilo Gómez, 61 años. Estación Aráoz. Leales. Tucumán, 1970.

Cuento 584. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini


0.015.1 anonimo (argentina) - 048

No hay comentarios:

Publicar un comentario