Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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sábado, 31 de enero de 2015

El raton y el gato .050

El gato y el ratón vivían en el mismo poblado. Un día, salieron juntos a trabajar: chapeando, chapeando... y lo mismo hicieron al día siguiente: chapeando, chapeando...
A la tercera, el gato proclamó: «Cada vez que regreso del trabajo me encuentro muerto de hambre; y, como estoy tan cansado, no tengo ganas de prepararme la comida. Lo que voy a hacer es dejarla lista antes de salir; y, de esta manera, al volver a casa me pondré a la mesa inmediatamente». De manera que preparó un buen arroz y salieron de nuevo a la finca: chapeando, chapeando...
Entonces el ratón exclamó: «Tengo que volver a casa. He olvidado el azadón y lo necesito para no tener que trabajar sólo con el mache­te».
Pero lo que hizo en realidad fue acercarse a la casa del gato y comérsele el arroz. Después regresó tranquilamente a la finca, como si nada hubiera sucedido.
El gato observó que el ratón regresaba con un grano de arroz en los bigotes, pero no dijo nada: chapeando, chapeando... hasta que se puso el sol: «¡Volvamos a casa!».
Al destapar la olla, el gato sólo encontró unas cuantas piedras y un buen puñado de arena. De manera que llamó al ratón y le preguntó: «¿Quién se habrá comido el arroz? Creo que puedes haber sido tú, porque antes has vuelto al poblado y eres el único que puedes entrar en mi casa sin levantar sospechas».
El ratón lo negó todo: «Yo no he tocado tu arroz». Y el gato se enfureció: «¿Cómo puedes engañarme de esta manera? ¿No ves que tienes un grano de arroz pegado a los bigotes?».
El ratón se llevó la mano a la cara; y, al darse cuenta de que le habían descubierto, se metió a toda prisa en un agujero. El gato colocó una olla llena de agua en el fuego. El ratón intentó aprovechar la ocasión para escabullirse, pero el gato le atrapó y le dio una soberana paliza. Al dejarle, el ratón se escondió de nuevo en el agujero.
Entonces el gato tomó la olla de agua, que ya estaba hirviendo, y la echó dentro del agujero: el ratón murió escaldado, por ladrón y menti­roso.

Fuente: Jacint Creus/Mª Antonia Brunat


0.111.1 anonimo (guinea ecuatorial) - 055

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