Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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martes, 6 de enero de 2015

El conejo peque y el bravacon

En el prado Primaveral vivían un montón de conejitos. Todos eran amigos y se lo pasaban muy bien jugando juntos. Todos, menos el conejo Grandullón, que era un bravucón. No le gustaba nada que los otros conejos se lo pasaran tan bien y siempre estaba gastándoles bromas pesadas y metiéndoles miedo.
Como tenía tan mala idea, Grandullón no tenía amigos ni nadie con quién jugar. Pero a él no le importaba.
-¿Quién necesita amigos? -decía. Yo, desde luego, no.
Y bajaba a saltos al arroyo. Pero uno de los conejitos se pre-ocupaba por Grandullón. «Todo el mundo debería tener un amigo», pensaba Peque.
-¡Grandullón! -lo llamó Peque, ¿te gustaría compartir conmigo mi pastel de zanahoria y ser mi amigo?
-¡No! -vociferó el revoltoso bravucón. No lo quiero compartir, ¡lo quiero entero!
Con un gran salto, se apoderó del rico pastel y empujó a Peque al agua. ¡PLAF!
-A mí no me gusta compartir -gritó Grandullón. ¡Y no quiero ser tu amigo!
Peque se sacudió el agua y regresó saltando al prado. «Me voy a casa. Grandullón es un auténtico bravucón», pensó.
De pronto, oyó un ruido. Parecía que alguien gritaba. Siguiendo el rastro de la voz, llegó hasta la orilla de un empinado terraplén y se asomó. Allá abajo, muy al fondo, estaba sentado Grandullón.
-¡Por favor, Peque, ayúdame! -exclamó débilmente. Me he herido en una pata y no puedo volver a subir.
Peque se apresuró a entrar en acción.
-No te preocupes. Voy a buscar ayuda -dijo a Grandullón.
Se fue a casa a toda velocidad y, aunque Grandullón siempre se había portado muy mal con todos los conejos del prado Primaveral, cuando Peque llegó gritando «¡Grandullón está herido!», todos corrieron u ayudarle. El papá de Peque bajó por el terraplén y rescató al asustado conejo herido.
-Siento haber sido tan grosero contigo -exclamó Grandullón, dando a Peque un gran abrazo. ¡Gracias por haberme salvado!
-¡Eso es lo que se hace por los amigos! -contestó Peque.
Y todos los demás se pusieron a aplaudir.


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