Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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sábado, 13 de septiembre de 2014

Las bodas del cielo .552

Dice que una vez si habían hecho unas bodas en el cielo qui iban a ser sonadas, dice, con fiestas, vidalas, bailes, en fin, todo lo que hay. Y claro, en el cielo iba a ser todo mejor. Y habían invitau al águila, al cóndor, a los gavilanes, todos los pájaros di aliento que podían llegar. En eso el zorro los había oído parlamentar al águila y al cóndor. Y como el águila era guitarrera, dice:
-¡Yo voy a llevar la guitarra! -dice. Seguro que va haber mucha carne allá, muchos churrascos, vino, de todo, ahí.
Que li han dicho al zorro, dice. Ya la había catiau al águila, dice. Cuando menos ha acordau, li aflojó los clavijeros, y se li ha metíu por el hueco, adentro 'e la guitarra.
-¡Vamos a ver! -dice el cóndor.
Li había acomodau la guitarra a media espalda al águila, y si habían puesto todos en una peña alta. Si habían tomau un invión y había empezau a dar la vuelta, y dar la vuelta, y dar la vuelta, y dar la vuelta, elevandosé, elevandosé, elevandosé, hasta qui habían llegau al cielo. Dice que 'staba qui ardía en el cielo. Si oía el bombo de lejos. Si habían bajau, dice, y había puesto l'águila la guitarra en una esquina hasta que si había abrazau con los del cielo, en fin. Si habían conocíu, se presentaban. En eso había salíu el zorro y es que había llegau al trote largo, la cola parada, meta comer güesos y churrascos. Y dice que todos quedaron pasmados, dice, al verlo al coco este. Que cómo puede haber llegado. Y que habían durado tres días las bodas. Dice qui andaba lleno el zorro, ramiandosé con todo el mundo, farsandosé, dice, chafandosé de uno y otro. Hasta que ya si habían puesto en cuidado, dice. Al tercer día, cuando si iban a venir, que dice l'águila:
-Yo lo guá bombiar a mi compadre -dice, ¡cómo ha subíu!
Cuando ya habían empezau las despedidas, dice, ya 'bía ido medio corriendo el zorro y había aflojau la guitarra y si había metíu. Li había aflojau las cuerdas y si había metíu en la guitarra.
Si habían despedíu. La águila si había hecho de no verlo, no más. Si habían despedíu, dice, y habían empezau, con fuerza, a planiar y planiar y planiar, y planiar y volverse. Habían veníu a una distancia prudencial, dice, y la águila, para castigarlo al tipo, había hecho un pique, dice, como pa levantar un chivo. Cuando ha ido a llegar al suelo si había levantau y lo 'bía volcau a la guitarra y si 'bía escapau el zorro, dice, y se venía con la cabeza dandolá güelta.
-¡Juana, poné colchones! ¡Poné colchones, Juana! -que le dice. Vengo de las bodas del cielo. Voy de cabeza. ¡Poné colchones!
La zorra, dice, qui había salíu, dice, con los cachorritos, nu había teníu tiempo, dice, ya había caído. ¡Paf!...
Quince días, dice, que lu había teníu con fricciones de grasa 'e quirquincho pa que se mejore. El zorro, agata, que se ramiaba, dice:

Y es que se va con un zapato roto.
¿Quieren que les cuente otro?

Perfecto Bazán, 49 años. Belén. Catamarca, 1968.

Cuento 552. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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