Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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viernes, 11 de abril de 2014

El medio pollo .383

Ésta era una viejita muy pobre que tenía un solo pollito. Un día, la viejita no tenía carne, ni qué comer, y le cortó una patita al pollito y se la comió. Otro día que también tenía mucho hambre, le cortó una alita y se la comió. El pollito pensó que así iba a morir muy pronto y se disparó, se fue. Al tercer día cuando la viejita lo quiso agarrar para sacarle otra presa no lo encontró más.
El Medio Pollo agarró un camino y se fue sin rumbo. Cuando ya iba muy lejo, se encontró con un zorro. Y el zorro le dijo:
-Ahora te voy a comer.
-No, zorro -le dijo, ¡qué me vas a comer si soy un pobre Medio Pollo! ¡Dejame! ¿No te da lástima de verme así?
-Bueno, andate -le dijo el zorro.
-¿No querís que vamos juntos?
-Bueno -le dijo el zorro.
Entonce el Medio Pollo abrió grande el pico, lo tragó y se puso una estaquita. Y siguió.
Ya lejo, encontró un zorrino.
-Ahora te voy a comer -le dijo, el zorrino.
-No, zorrino -le dijo el Medio Pollo. ¡Qué me vas a comer si soy flaco, y Medio Pollo!
-Bueno, entonce te dejo.
-¿No querís que vamos juntos?
Bueno... El Medio Pollo se sacó la estaquita, lo tragó, se volvió a poner la estaquita y siguió su camino. Cuando ya había andado un buen rato, encontró un lión, y le dijo:
-Medio Pollo, te tengo que comer.
El Medio Pollo se asustó y le dijo:
-¡No, tío lión, no me coma, sea bueno! ¿No quiere que corramos una carrera?
-Bueno -dijo el lión y corrieron una carrera.
El lión se cansó. El Medio Pollo era ligerísimo.
-¿No quiere que vamos juntos? -le dijo el Medio Pollo.
-Bueno -dijo el lión.
El Medio Pollo se sacó la estaquita, se lo tragó y se fue. Más allá se encontró con un tigre y le dijo:
-Ahora te voy a comer.
-¡No, tío tigre, no me coma! Yo soy un Medio Pollo pelau, flaco, que no le alcanzo ni para un bocau, dejemé. ¿No quiere que corramos una carrera?
El tigre le tuvo lástima, y le dijo que bueno. Y corrieron la carrera. Como el Medio Pollo era muy ligero, el tigre se cansó, y se sentó a la orilla del camino. El Medio Pollo le dijo que si no quería que fueran lejo, juntos. El tigre le dijo que bueno. El Medio Pollo se sacó la estaquita, y se lo tragó y siguió su camino. Después encontró un río que venía muy crecido. Quería pasar, pero no podía. Ponía la patita y se la llevaba l'agua, ponía la alita y se la llevaba l'agua, ponía el piquito y se lo llevaba l'agua. Después que estuvo pensando mucho rato, sacó la estaquita y se lo tragó a todo el río y quedó el río completamente seco. Y se fue.
Iba muy lejo, y andaban por ahí los niños de un rey con la mamá, y lo vieron y dijeron los chicos:
-Mire, mamá. ¡Qué bichito bonito!
Y corrieron, lo agarraron, y lo llevaron a las casas, y se lo enseñaron al Rey. Y dice el Rey:
-Vayan a tirarlo al gallinero, este bicho parece de brujería porque anda en la mitá de un pollo no más.
En el gallinero había muchísimas gallinas y lo picaban al Medio Pollo lo que lo vían feo y raro. Tarde de la noche, dice el Medio Pollo:
-Zorro, ¿querís comer gallinas gordas?
-Bueno -le dice el zorro.
Se sacó la estaquita, salió el zorro y se comió las gallinas. Al otro día se levantó el Rey enojadísimo, quejandosé que el Medio Pollo se había comido las gallinas, y mandó que lo echaran ande 'staban pollitos chicos. Los pollitos también lo picaban. Entonce le habló al chiñe:
-Chiñe ¿querís pollitos gordos?
-Bueno -dijo el chiñe.
Y el Medio Pollo lo largó. El chiñe se comió todos los pollos. El Rey se levantó más enojado todavía, diciendo que de dónde sacaban ese animal tan dañino.
-Botelón afuera -dijo.
Pero los chicos le tuvieron mucha lástima y lo echaron al corral de las vacas. Las vacas ya lo mataban a pisotones, y tarde de la noche, el Medio Pollo se enojó y largó al lión.
-Tío lión, ¿quiere comer vacas gordas? -le dijo.
-Bueno -le contestó el lión.
-Ahí las tiene.
Y el lión comenzó a matar vacas gordas, hasta que no dejó ninguna. Al otro día el Rey se levantó más enojado que nunca preguntando quién había echado ese animal tan perjudicial, al corral de las vacas. Como Medio Pollo quedaba solo en el corral, los chicos no creían que él era el perjudicante, y lo defendían, y decían que cómo iba hacer ese perjuicio ese animalito inválido y tan chico. Entonce el Rey mandó que lo echaran al corral de las yeguas para que lo mataran. Ya el Medio Pollo tenía miedo con todos los potros que se le venían encima, y tarde de la noche le dijo al tigre:
-Tío tigre, ¿quiere comer yeguas gordas?
-Bueno -le dijo el tigre.
Y ahí no más se sacó la estaquita y lo largó al tigre al corral. El tigre mató a todas las yeguas y a los potros. Cuando amaneció, encontró el Rey que el Medio Pollo le había comido todos los animales. Entonce, enojadísimo, mandó a los sirvientes a que acarriaran leña y calentaran los hornos. Ya los hornos estuvieron colorados que daba miedo, y lo arriaron al Medio Pollo. Desde lejos no más se le venían quemando las plumitas. Cuando lo echaron y le cerraron la puerta, el Medio Pollo se acordó del río, se sacó la estaquita y lo comenzó a largar al río. El río que era grandísimo apagó el fuego, se llevó los hornos y el palacio del Rey, con Rey y toda la gente que tenía. Y así se salvó el Medio Pollo tantas veces de la muerte.

Y yo salgo por un puente,
y dejo un zapatito roto,
para que usté me cuente otro.

Ofelia Griselda Guevara, 13 años. Beazley. La Capital. San Luis, 1945.

Aprendió el cuento de la abuela «que sabía muchos cuentos antiguos». Tiene grandes condiciones de narradora, caso excepcional entre niños de su edad.

Cuento 383. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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