Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 1 de diciembre de 2013

El tigre y el zorro .115

Diz que un día el tigre estaba carniando una lechera y el zorro le ha estau ayudando. Diz que el tigre ha comido y nada le ha dado al zorro. Y entós que el zorro le ha comenzau a pedir. Diz que le ha dicho.
-Tío, déme un pedacito 'i matambre.
-No, que ése es el asau de tu tía tigra -que le ha dicho.
-Deme un pedazo del costillar.
-No, que ése es pa zarzo de tu tía.
-Déme la cabeza.
-No, que ésa es para montura de tu tía.
-Déme la panza.
-No, que ésa es pa felpa de tu tía.
-Déme las tripas gordas.
-No, que ése es pa faja de tu tía.
-Déme las tripas amargas.
-No, que ése es pa bombilla de tu tía.
-Déme las orillitas del cuero.
-No, que ése es pa lazo, pa que tire la tela tu tía.
Bueno, diz que cansado de pedir y que no le dé nada el tío tigre, que le ha pedíu la chuspita, y eso que le había dau.
Bueno, que el zorro había recibíu la chuspa y que se ha puesto a soplarla.
El tigre después que ha comido hasta llenarse, que se ha acostado a dormir y que le ha encargau al zorro que cuide que no venga la autoridar u el dueño de la vaca que había carniau. El zorro que se ha subíu a un árbol y ha seguíu soplando la chuspa. Diz que las moscas se han amontonau, claro, lo que han carniau, y que el zorro ha llenau la vejiga de moscas. Se ha bajau despacito del árbol, se ha arrimau al tigre y le ha atau la vejiga a la cola. Y a todo eso que el tigre estaba muy dormido, con un sueño muy pesado, claro, porque había comido tanto.
Diz que el zorro se ha vuelto a subir al árbol y que ha comenzau a contar a gritos:
-Uno, dos, tres...
Uno, dos, tres, cuatro, cinco...
Y que el tigre se ha despertau asustado y que le ha preguntado al zorro que qué contaba. Y que el zorro, nada, ha seguío contando:
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...
Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete...
Y que el tigre más asustau le ha vuelto a preguntar al zorro que qué contaba. Y que el zorro ha vuelto a contar, y diz que miraba a lo lejos y volvía a contar:
-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez...
Y diz que el tigre le ha pedido por favor que le avise qué ha estado contando, y entós que el zorro ha dicho:
-Son unos diez perros motos que vienen allá, ya están llegando...
En eso el tigre se ha enderezau, ha movido la cola, ha óido el ruido de las moscas como si jueran muchos que vinieran y ha salido juyendo.
Y diz que el zorro se ha quedau con toda la presa y ha comíu todo lo que ha queríu, de lo mejor. Y ya cuando ha estado muy lleno que se ha ido al monte, de miedo que vuelva el tigre.
Diz que que cuando el tigre ha ido muy lejos, se le ha roto la vejiga en unas ramas, y que se ha dado cuenta de la broma del zorro. Diz que que se ha vuelto y ha ido a buscarlo al zorro para matarlo. Diz que lo ha buscado por todos lados y que el zorro andaba juyendo pa que no lo mate el tigre.
Diz que había una laguna ande tenía que bajar a tomar agua el zorro, y que áhi se ha escondíu el tigre.
Diz que el zorro ha bajau a tomar agua y que ha sospechau que el tigre había de estar escondíu, y que ha dicho:
-Agua, ¿te bebo u no te bebo?
Y diz que el tigre nada había dicho.
Y diz que el zorro, más juerte ha preguntau:
-Agua, ¿te bebo u no te bebo?
Y que el tigre crendo que el zorro no pensaba que estaba él, áhi, que le ha dicho:
-¡Bebeme! ¡Bebeme no más!
Y entós diz que el zorro ha contestau:
-¡Agua que habla yo no bebo!
Y áhi no más que el zorro ha disparau y el tigre lo ha sacau corriendo.
Diz que el tigre lo iba alcanzando y que el zorro se ha metíu en una cueva. Diz que el tigre no lo ha podíu agarrar y que ha dejau de vigilante un caranchi259. Diz que el zorro lo ha hecho cantar y como el caranchi se hace pa atrás pa cantar, que el zorro le ha echau tierra en los ojos y ha salíu juyendo. Cuando el tigre ha vuelto, diz que ha encontrau al caranchi ciego con la tierra, y los rastros no más de Juan que ha salido disparando, y se ha vuelto a salvar.

Felipe Lezcano, 73 años. Media Flor. Capital. Santiago del Estero, 1951.

Campesino iletrado. Excelente narrador.
Media Flor: Caserío disperso.

Cuento 115. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

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