Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

lunes, 9 de diciembre de 2013

El chilicote y el leon y la guerra .517

Diz que un chilicote que vivía en el campo s'hizo con gran sacrificio una casita. Había llamao a muchos de su familia que li ayuden y al fin la había terminado.
Diz que la estaba estrenando a la casita cuando llega el lión, y como es tan soberbio la pisa y la aplasta a la casita. El chilicote apenas pudo salir por una rendija y se le paró adelante al lión y le ha dicho:
-Bárbaro, cuasi mi hais muerto.
-Dejate de tanta bulla -li ha dicho- yo nu hi visto este zoquete 'i barro.
Áhi si ha enojado el chilicote y lu ha desafiau a una guerra. El lión ha dicho que güeno y ha dau la fecha del encuentro.
El lión se jue muy tranquilo a su casa. El chilicote se puso a trabajar noche y día formando un ejército de avispas, abejas, bumbunes, guanqueros, todos animales de flechas. A todos les iba concentrando en canutos de caña.
Diz que habían pasado varios días y el lión resolvió mandar a uno de sus sirvientes, al zorro, con la misión di averiguar con qué juerzas contaba el chilicote.
El zorro ha llegado a la casa del chilicote y li ha dicho que venía de parte del lión a ver si ya 'taba listo. El chilicote ha contestado que ya. Y diz que el zorro de curioso ha dicho si puede mostrarle parte de sus juerzas. El chilicote largó la primera compañía y las avispas enojadas lu han agarrao al zorro por todas partes ande lo podían picar y lu han dejao lleno de tolondrones y cuasi ciego. Y así volvió el zorro a llevarle la noticia al lión. Cuando el lión lu ha visto tan hinchao le ha preguntao si por qué volvía en ese estado, cuasi desconocido.
Diz que el zorro, que siempre anda por vengarse del lión, le ha contestao:
-M'hi dao un baño y mi ha hecho mal la tierra caliente.
Después le ha avisado que las fuerzas del chilicote eran unos cuantos animalitos inofensivos.
Diz que el lión, cuando ha llegado el día señalado, ha invitado a su señora, la liona, y a animales de garra, como liones, tigres, gatos monteses. Y si ha ido seguro de que ya se puede dar por ganado.
Diz que se han encontrado y el chilicote ha largado todas sus fuerzas. Los bichos de flechas han salido furiosos y los han agarrado a los bichos de garras por todas partes del cuerpo ande se podían prender y los han flechado. Estos bichos de garras bramaban y se revolcaban de dolor y no sabían qué hacer. Al fin han disparado todos y ha ganado el chilicote.
Diz que cuando el lión ha visto que todos 'tán hinchaos como el zorro, si ha dau cuenta de la picardía de éste y lu ha sacao corriendo. El zorro se ha disparau y si ha metío en una cueva. Y áhi ha quedao el lión esperando.
Diz que una vez que el zorro si ha créido seguro y que se li ha pasau el susto, ha empezao a ponderar las patitas que lo habían salvao, enojandosé en cambio con la cola que le ha servíu de estorbo. Y áhi li ha dicho a la cola que la va a botar y sin querer la ha sacao un poco. Áhi el lión lo ha pillao de la cola, lu ha sacao afuera y lu ha muerto pa que le pague todas las que li ha hecho. Y así ha terminao el zorro.

Águeda Avellaneda, 75 años. Los Quinteros. Tinogasta. Catamarca, 1946.

Nativa de la región. Muy buena narradora.

Cuento 517. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El cuervo y el zorro .472

Este cuento lo oí a mucha gente.
Que 'taba el cuervo posado en un árbol muy alto. Y había robado por áhi, el pícaro, un pedazo de queso muy lindo. Y el zorro vino buscando, mirando... hacia arriba, hacia abajo... Y por áhi lo pudo ubicar al cuervo que 'taba posado en la planta. Y le vio ese semejante pedazo de queso tan lindo. Y el zorro no sabía cómo hacer para poder subir a la planta. No podía. ¡Era imposible! Entonces dice:
-Señor Cuervo -dice, ¡qué trinos tiene tan lindos usté! Yo quisiera oírlo -dice. Y oírlo cantar -dice. ¡Qué me emociona tanto! -le dice el zorro.
-Bueno -dijo el cuervo.
Y cuando dijo bueno, adonde abrió el pico cayó el queso. Y el zorro cachó el quesó y se mandó a mudar...

Aníbal Aldana, 50 años. San Pedro. Buenos Aires, 1969.

El narrador, marinero y hombre que ha trabajado en el campo, es nativo del lugar. Muy buen narrador.

Cuento 472. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El cuervo y el zorro .470

Un cuervo que andaba con mucho hambre robó de un zarzo que estaba al aire libre un pedazo de queso. Se asentó en un árbol y se puso a comerlo.
La casualidá é que abajo del árbol estaba un zorro que también andaba muy hambriento. Cuando el zorro le vio al cuervo empezó a decirle mucha palabra adulona. Con mucha dulzura le decía:
-Qué mozo má simpático é éste. Con seguridá que debe tener un lindo tono de vó. Cómo me gustaría oirle alguna palabra.
El cuervo lleno de orgullo le contestó:
-¡Gracia, chamigo! -y al abrir la boca se le cayó el queso y el zorro le comió.
Entonce el zorro, burlandosé del cuervo le dice:
-En verdá tené un tipo horroroso y una vo peor todavía. Por lo tanto te quedaste sin comida y yo le aproveché.

Nolasco Rugía, 73 años. Posadas. Misiones, 1961.

En la pronunciación del narrador se observa la caída de las eses finales de palabras y el leísmo, ambos fenómenos típicos del habla regional.

Cuento 470. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El cuervo y el zorro .468

Dice que 'bía andau el cuervo y le 'bía robau de la tipa, un queso, a una niña qui iba llevando unos quesos pal pueblo en la cabeza, en una tipa. Y se 'bía asentau en un peñasco inacesible, de ésos que los zorros no pueden llegar nunca. Y el zorro andaba con un hambre capaz de comer piedras. Y lu había visto y se li hacía agua la boca, dice. Y el cuervo, dice, lo agarraba al queso y lo picoteaba y lo comía. Si 'bía pegau tres tincazos el zorro por la cabeza:
-¡Lo tengo que joder!
Se había alzado en las dos patas y con expresión, dice, di orador, dice:
-Señor Cuervo -que dice, ¡qué maravilla para mis ojos ver su lustroso y negro plumaje, digno di un rey, más que un rey, di un torero, di un hombre grande. Y mi han ponderado su canto. Dice que queda chica la calandria y el zorzal y la reina mora y todos nuestros pájaros al escucharlo cantar a usté. ¿Por qué nu hace el favor, dice, di hacerme escuchar? Después de eso ya no me importaría morir o irme a otros lugares lejanos.
Creido el cuervo ya se iba encharcando, sobandosé las plumas, y ha pegau un grito, dice que era horrible, un grasnido: ¡Grassssss!... -dice. Se li había escapau el queso, y áhi se lu había barajau el zorro y se lu había comíu.

Perfecto Bazán, 49 años. Belén. Catamarca, 1968.

Cuento 468. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El contrato del suri con el sapo y la carrera .481

El suri y el sapo hicieron una parada de correr una carrera.
Corrieron una carrera, y el sapo, a cada tranco del suri, puso un sapo en la cancha, escondido en el pasto, y él se puso ande terminaba la carrera, en la raya.
Entonce salen. El suri iba meta espuela y espuela, y el sapo adelante. Y el sapo lo llevaba embromau, no más, claro. Cada tranco del suri, saltaba un sapo, cada tranco del suri saltaba un sapo, hasta que llegaron.
-¡Eh! -que dice el suri, hi ganau.
-¡Trii!... le dice el sapo.
El sapo 'taba primero, arriba, en la cancha. Y le ganó la carrera.

Ramona Villafañe de Coronel, 86 años. Catamarca, 1968.

Cuento 481. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El condor y el zorro y la boda en el cielo .541

Dice que una vez había una boda en el cielo y el zorro quería ir pero no podía. Entonces se va a la casa de su compadre el cóndor y le dice:
-Compadre, usté, seguro que está yendo al casamiento porque ya se ha puesto su traje negro.
-Sí, voy a ir -le contesta el cóndor. Entonces, llevemé -le dice el zorro.
-Bueno, te voy a llevar, pero cuidao con estar corriendo a comer los huesos que tiren del asao. Hay que portarse bien, sinó van a creer que somos muertos di hambre.
Cuando han llegado al cielo donde era la boda, y han tirado los huesos, el zorro se ha ido disparando a caiscar los huesos. Entonces el cóndor le ha dicho:
-Usté no me ha hecho caso, vaya a la tierra como pueda -y se fue volando.
El zorro se ha quedado triste, pero después ha pensao y dice:
-Me hago una soga y me bajo.
Entonces se ha puesto a hacer una soga larga. Cuando ya estaba terminada, empezó a bajar. Cuando de repente ha encontrao unos loros que venían volando. Y el zorro se ha puesto a insultarlos, diciendo:
-¡Eh!, adónde van, loros verdes como ranas.
-¡Crac, crac, crac! -decían los loros.
-¡Ya, ya, ya! -decía el zorro. Loros quichistas, que no hablan como la gente, vengan, les voy a enseñar a hablar.
Entonces los loros de rabia han empezado a cutiar la soga hasta que se ha cortao, y el zorro cáido al suelo quedando flando.

Juana Apaza, 49 años. Barrios. Yavi. Jujuy, 1953.

La narradora no habla quichua pero conoce todas las palabras de este origen que son comunes al castellano de este lugar lejano de la Puna jujeña.

El insulto del zorro a los loros explica la actitud de los lugareños cuando dicen que no hablan quichua porque son argentinos; el quichua es de los bolivianos.

Cuento 541. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El cielo boda y la boda del cielo .544

Había una boda. Ésti era el cielo boda. En el cielu era. Y ha veníu el cóndor y el zorro. Y se han idu al cielo. Y el zorru era muy abusivo. Y el cóndor li ha dichu que se tiene que portar bien en la mesa, en la mesa del cielu, de la boda. Por esu lo lleva. Que lu ha llevau quepíu, po. Encima de las alas lu ha llevau quepíu. Y el cóndor le ha dichu:
-Compadre, cuando estimus en la mesa, ustí, cuandu boten lus güesus, no va salir en carrera, no me va abochornar en la mesa.
Y el zorru qui es comilón y es abusibu, hizo no más abochornar el cóndor. Cuando tiraban lus güesus los invitaos, salía en carrera a alzar lus güesus, y el cóndor se enojaba.
Y 'tonce si había llenau de toda comida qui había en la mesa del cielo boda.
Y el cóndor li ha dichu:
-Compadre, cómo va hacer eso, compadre.
Y el zorru lu ha hechu no más, de abusivo qui es.
Y al último ya li ha sacao al zorro, que se venga. Y ha trayíu quepíu la bolsa con todu de comer. Y áhi le ha largau el cóndor. Y el zorro ha veníu caendo, caendo, y gritaba:
-¡Colchón patanchi! ¡Colchón patanchi!
Y que nu había colchón. Y ha 'tau bajando del cielo. Y ha veníu cair en las piedras todus pedazus, y él y la bolsa. Y de lo qui ha trayíu en la bolsa, y de esu ha habíu las habas, el máiz, las papas, el zapallu, las frutas, todu.
Esu traju el zorro del cielo boda. Y han aprendíu a sembrar la tierra. Y áhi ya todu si ha redamau, cai pedazus. Él 'taba quepíu con la bolsa, po, con toda comida. Y d'ésu ha habíu toda comida.

Indalecia Mamaní de Tintilay, 65 años. Yavi Chico. Yavi. Jujuy, 1959.

La narradora, colla, analfabeta, ya no habla quichua, pero su expresión es la de los bilingües del Altiplano. Sus dos apellidos son indígenas. Campesina nacida y criada en la región.

Excelente narradora.

Cuento 544. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El caso del zorro y el quirquincho y los socios .318

El zorro y el quirquincho eran compadres y resolvieron hacer una sociedá. Y el zorro era el socio y el quirquincho el sembrador.
Entonce el zorro decidió hacer la sociedá con su compadre. Le dijo:
-Compadre, ¿podemos hacer una sociedá?
-Sí, ¡cómo no! -le dijo el quirquincho. Usté elija.
-Bueno -que dice el zorro, yo voy a ser el socio y usté el sembrador.
Entonce el quirquincho le dijo:
-Elija usté lo que vamos a sembrá.
Que dice el zorro:
-Lo que dé abajo va ser para usté y lo que dé arriba para mí -le dice el zorro al quirquincho.
-Muy bien -dijo el quirquincho.
Entonces el quirquincho sembró papas. Y cuando fueron a cosechar, el quirquincho sacó todas las papas de abajo y al zorro le tocó el tallo y las hojas.
-Bueno -dijo el zorro, compadre, creo que vamos mal así. Tenemos que elegir de otra manera -le dijo.
-Elija no más -le dijo el quirquincho.
-Bueno, ahora, lo que dé arriba va a ser para usté y lo que dé abajo para mí -dijo el zorro.
Bueno... El quirquincho decidió sembrar trigo. Cuando el trigo creció y fueron a cosecharlo, al quirquincho le tocaron todas las espigas del trigo y al zorro las raíces. Entonces el zorro le dijo a su compadre:
-Compadre, no podemos seguir la sociedá. Ahora, lo que dé arriba va ser para mí y lo que dé abajo para mí también. Y lo que dé en el medio va ser para usté.
Entonces el quirquincho decidió sembrar maíz. Y crecieron las chacras y cuando fueron a cosecharlo, al zorro le tocó todas las flores del maizal y las raíces y al quirquincho todas las espigas cargadas de maíz.
Y así, una vez más, el quirquincho venció las picardías del zorro, que se cre que es el más vivo de los animales.
Y así termina el cuento.

Óscar Sánchez, 21 años. Campo Grande. Graneros. Tucumán, 1970.

Oyó el cuento al abuelo que sabía muchas narraciones.

Cuento 318. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El caso del zorro y el quirquincho sembradores .320

Dice que el zorro que era compadre del quirquincho, tenía un terreno, pero como era flojo no lo quería sembrar. Que le dice al quirquincho:
-Mire, compadre, si si anima de sembralo al terreno yo lo voy a dar a media. Pero yo le voy hacer un trato. De lo que usté siembre, lo que se coseche va a ser, de la tierra para arriba, para mí, y de la tierra para abajo, para usté.
-Bueno -dice el quirquincho. Cómo no, compadre.
Había sembrado papas. Ha estado la papa para cosecharla. Ha entregado todas las hojas al zorro y las papas se las hizo quedar para él.
-¡Ah! -dijo el zorro, otra vez no me va a embromar, compadre. Vea, compadre, si usté quiere sembrar el terreno vuelvaló a sembrar. Pero ahora vamos a cambiar. Lo que esté de la tierra para arriba, va ser para usté, y de la tierra para abajo, para mí.
-Cómo no, compadre.
Había sembrado trigo. Había dado cosecha el trigo y le da las raíces al zorro y si hace quedar las espigas para él.
-¡Ah! -dice, éste, otra vez ya no me va a embromar. Vea, compadre, vuélvalo a sembrar el terreno, pero ahora vamos hacer otro trato. Lo que esté de la tierra para abajo, para mí, y las puntas de las plantas para mí también, y lo del medio para usté.
-¡Cómo no!
Había sembrau maíz. Agarrau, li ha dado las raíces y las flores al zorro, y si ha hecho quedar las mazorcas para él.
Así que el zorro no le quiso dar más a sembrar porque todas las veces el quirquincho lu embromaba.

Arcenia Dorado de Cecchetti, 45 años. Chaquiago. Andalgalá. Catamarca, 1968.

La narradora es maestra. Dice que oyó de niña este cuento a un viejecito llamado Emeneterio Nieto, gran narrador, en noches de invierno, a la orilla del fuego, como era costumbre en la comarca.

Cuento 320. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El caso del toro y el zorro .358

Andaba un toro gordo, hermoso el toro, comiendo en el campo. Pasaba de un lugar a otro como todo lo animale. Uté sabe que se corre, que no queda quieto en un lugar. Y andaba detrá de ete animal un zorro. Pero se ve que ete zorro hacía ya tiempo que andaba detrá de él porque etaba flaco, flaco, flaco. Se acerca un alonsito un día y le dice:
-Pero, señor Zorro, señor Zorro, qué hace uté, porque lo veo, hace rato que lo veo acá, andando atrás de un toro.
-No -dice, ando no má.
No quería contá el zorro.
Bueno... Se retiró el alonsito. Y al día siguiente lo ve otra ve seguile el zorro al toro. ¿Qué pasaba? Que el zorro andaba esperando que le caiga lo huevo, que hace la bolsa, esa que tiene colgada el toro, creyendo que era un pedazo de carne forrada que él tenía allí colgado. Él decía:
-Ahora cuando se suelte voy a comer.
Y así pasé... Y resulta que eso nunca se soltaba. Y el se murió de flaco. Se murió de flaco el zorro, porque resulta, porque imaginesé, eso, iba a morí el toro ante que se le caiga. Y se murió diciendo que le faltaba poco para caer.

Pablo Aguirre, 36 años. Posadas. Misiones, 1961.

Hombre de pueblo. Empleado. Buen narrador. Tiene un gran repertorio de cuentos y chistes.

Cuento 358. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El caso de la zorra, la perdiz y el leon .462

Dice que había una zorra que tenía de comadre una perdiz. Que eran comadres muy queridas. Y una mañana se presentó la perdiz a la zorra y le dijo que se encontraba muy afligida porque el lión le estaba comiendo todos sus hijitos. Que ya no sabía qué hacer. Y entonces la zorra, después de pensar un momento, le dijo a la perdiz:
-Esperesé, comadre, ya lo vamos arreglar al lión.
Se fue la perdiz y la zorra también salió. La zorra sabía adonde era la guarida del lión y lo fue a buscar. Estando muy cerca de la guarida lo vio al lión, y ella empezó a correr de un lado para otro, haciendosé la que buscaba. Cuando el lión la vio, la chistó y le dijo:
-¿Adónde vas?
Entonce ella le dice, muy asustada:
-Señor, voy en su busca.
-Y para qué -le dice.
-Porque allá, a la orilla de una laguna hi encontrau otro lión, que dice que es su enemigo y está por venir a matarlo.
Entonce dice que el lión dio un bramido muy enojado y le dijo que lo llevara adonde estaba ése, que decía que lo iba a matar.
Empezaron a caminar y llegaron a una laguna muy grande. Y la zorra le dice:
-Mire, señor, aquí está. Ésta es su guarida y ahora si ha metido ahí porque está descansando para ir a peliarlo. Agachesé despacito y lo va a ver.
El lión si acercó despacito a la laguna, miró y vio su propia figura en el agua. Creyendo que era otro lión, dio un tremendo bramido, se paró en dos patas, dio el salto y se hundió en esa parte de la laguna que era muy honda. Desapareció y la zorra no lo vio más.
Después se fue la zorra a ver a la perdiz y le dijo:
-Bueno, comadre, ahora estamos todos contentos y tranquilos porque el lión si ha muerto augado.
Y así la zorra lu engañó al lión que se 'taba comiendo a todos los animales chicos de ese lugar.

Hortensia Arancibia de Cáceres, 72 años. Humahuaca. Jujuy, 1968.

Persona de prestigio en su medio. Descendiente de antiguas familias criollas de este viejo pueblo de la Quebrada de Humahuaca. Aprendió este cuento de la madre que era una gran narradora.

Cuento 462. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El carpincho y la mulita .437

El carpincho y la mulita estaban a la orilla del río. En la otra banda se vía un sembrado de maíz muy lindo. Venía un olor a choclos tan apetitoso que se les hacía agua la boca. Los dos sentían ese olor y se reunieron a cavilar cómo hacían pa bandiar el río. Después de un rato, le dice la mulita al carpincho:
-Vos me podés llevar arriba de tu lomo porque sabés nadar. Yo no sé nadar. Bandiamos el río y hacemos un festín comiendo choclos y después volvemos pa que no nos agarren. Nadie se va a dar cuenta que somos nosotros.
-Bueno. Eso me gusta -le contestó el carpincho.
En el lomo del carpincho se puso con cuidado la mulita y el carpincho la llevó. El carpincho fue nadando y la llevó a la otra orilla. Áhi atacaron el maíz. Una vez que se llenaron empezó a cantar la mulita. Claro, panza llena, corazón contento. El carpincho le dice:
-¡Eh! ¡Qué 'tás haciendo! ¡Nos van a oír y nos van a matar! ¡Callate!
-¡Ah! Yo, cuando tengo la panza llena, tengo el corazón contento y acostumbro a cantar.
Y volvía a cantar la mulita y el carpincho le volvía a pedir que no lo comprometa, que iba a venir el dueño y los iba a golpiar, que los iban a matar por corsarios.
Pero la mulita volvía a cantar y iba mirando ande se iba a esconder cuando vinieran los dueños del maíz.
Bueno... ¡Qué!, con los gritos de la mulita, el chacarero oyó y se vino con un palo y trajo los perros. La mulita se metió en una cueva que tenía áhi cerca y el carpincho empezó a correr di un lado pal otro, entre los perros y el chacarero que le daba palos y palos por el lomo hasta que lo dejaron como muerto. Lu agarró el chacarero di una pata, y lo tiró pa ajuerta del maíz. Claro, se creyó que estaba muerto. Por causa de la mulita el carpincho se llevó los garrotazos y los agarrones de los perros.
Al rato, el carpincho empezó a vivir de nuevo. Apenas si se podía mover.
La mulita 'taba mirando de la cueva y salió despacito y se allegó al carpincho, y le dice:
-¿Qué te ha pasado, amigo?
-Ya ves, por tu culpa casi me han muerto -le contestó el carpincho.
-No, estás equivocado, yo no hice más que cantar, porque yo canto cuando 'toy con el estómago lleno.
Después tuvieron que volver. Y tuvieron que hacer el mismo cruce. Tuvieron que bandiar de nuevo. La mulita otra vez en el lomo del carpincho. El pobre carpincho iba muy dolorido y nadaba muy despacito. Iba con la sangre en el ojo por lo que le había hecho la mulita. Cuando llegaron al medio del río, en lo más hondo, el carpincho se empezó a zambullir. Y la mulita se asustaba mucho. Y entonces le dice:
-¡Eh! ¡Qué hacés! ¿Qué te pasa?
-Yo acostumbro a zambullirme cuando estoy con el estómago lleno.
Y en lo más hondo se hundió y la mulita se ahugó. Y así le pagó la mala jugada al carpincho.

Pedro Sanón, 58 años. San Carlos. Las Colonias. Santa Fe, 1969.

El narrador oyó este cuento cuando era niño en esta región de Santa Fe, donde ha nacido.

Cuento 437. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El carpincho y el chancho socios .329

El carpincho y el chancho se hicieron socios para sembrar una chacra. Y el chancho lo quería embromar al carpincho, y le dice:
-El primer año va a ser para mí lo de arriba de las plantas y lo de abajo para vos.
El carpincho sembró papas. Cosechó él papas y el chancho hojas y ramitas.
-Lo de abajo va a ser para mí y lo de arriba para vos -le dice el chancho el segundo año al carpincho.
El carpincho sembró trigo y cosechó trigo, y el chancho cosechó raíces.
Y el tercer año le dice el chancho:
-Para mí va a ser lo de arriba y lo de abajo de las plantas y para vos lo del medio.
El carpincho sembró maíz y cosechó maíz, y el chancho raíces y hojas.
Como el carpincho era salvaje, el chancho lo quería embromar y apro-vecharse de su trabajo, pero no pudo con toda su viveza.

Francisco Arbe, 56 años. Esquel. Futaleufú. Chubut, 1954.

El narrador comenta que oyó éstos y otros cuentos en fogones, en su juventud, cuando cruzaba la Patagonia con arreos y él trabajaba como tropero y arriero de ganado. Lo oyó también del quirquincho y el zorro.

Cuento 329. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El carnero y el zorro .418

Había una vez un carnero y un zorro.
Que le dice el carnero al zorro:
-Oiga, ¿porque no vamos a comer un poco di algarroba?
-Bueno, bueno -dice el zorro.
Y van. Y le dice el zorro:
-Peguelé un mochazo usté primero.
-No, usté.
-Bueno -dice el carnero.
Va, entonce, y le pega un mochazo y voltia muchas algarrobas. Y comen. Y las acaban y no si habían llenado. Y después dice el carnero:
-Ahora le toca a usté.
-Bueno -dice el zorro.
Y le pega un mochazo el zorro, al árbol, y se parte la cabeza en dos el zorro, y no cae nada di algarroba. Y se muere el zorro. Él quería hacer, claro, lo mismo que ha hecho el carnero y no ha podido.

Jorge Eduardo Busto, 13 años. Copacabana. Tinogasta. Catamarca, 1970.

Alumno de la escuela primaria.

Cuento 418. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El canco .393

Resulta que una tarde, al tiznar la oración, 'bían visto dir pal lao del chiquero, un bulto en forma 'i botija, que dispertó la curiosidá de los dueños de casa. Y al dir a verlo, se dieron con que era un canco  andaba rodando tierra. Pero resultó que el canco era un gallo tan grande, que la primera vez que le echaron el máiz se tragó como cinco kilos, y entuavía quedó escarbando el suelo. Y, al tercer día, áhi ya si había comíu como una bolsa. Entón al ver que sólo servía pa comer, lo corrieron pal campo.
Otra vez se vio el Canco rodando tierra, y después di unos días se topó con un zorro. El zorro, al verlo le dijo:
-¿Pánde va mi amigo?
Y le contestó el Canco:
-Pa las fiestas di Orán.
-¿Y pórque no me lleva?
Y güeno, amigo zorro, ganesé en mi culito y tranquesé con un palito.
Y siguió andando pol camino, criandosé cada vez más.
Después que 'bía encontrao a un lión y le preguntó el lión al bombiarlo. ¿Pánde va mi amigo?
El Canco le volvió a contestar:
-Pa las fiestas di Orán.
Y dispertó la curiosidá del lión que le dijo también que lo lleve pa la fiesta y el Canco le dijo:
-Y güeno, ganesé en mi culito y tranquesé con un palito.
Y siguió el viaje criandosé más y más. Después 'i rodar muchos días, llegó a Orán donde se celebraban las fiestas. De llegada no más buscó una casa pa hospedarse.
Se hospedó en una casa, y jue tanto lo que comió y tan fiero era el bicho, con todo lo que llevaba dentro que lo destinaron a un gallinero pa que los otros gallos lo picotiaran. Cuando llegó la noche y pa desquitarse del desprecio, lo largó al zorro. El zorro en la misma noche, se tragó cuasi todas las gallinas y las otras quedaron en tendal. El Canco, cuando lo jueron a ver, estaba haciéndose el inocente, como pollo enfermo. Por lo sucedío, hizo que se enojara el dueño 'i casa y entón lo echó pa un chiquero en medio di unos chivos atrevíos, pa que lo cornien. El Canco esquivó el atropello de la majada hasta que llegó la noche, y entón lo largó al lión, que dio güena cuenta 'e las cabras y los chivos.
Al otro día, al ver la pérdida y el destrozo, el dueño 'i casa lo agarró al Canco y lo llevó pa un río crecío que corría cerca y lo tiró en medio del río, perdiendosé de vista el Canco. Pero al poco rato no más, las aguas iban como mermando hasta que se secaron del todo. ¿Qué 'bía pasao? Que el Canco se 'bía bebío un poco del río, y el otro poco 'bía hecho que se gane en el culito y se tranque con un palito.
Entón, cuando lo golvieron a ver, el dueño pidió ayuda a todos los que 'bían venío pa las fiestas de Orán, pa ajusticiarlo al Canco. Y entón todos dijeron que iban hacer un gran juego pa quemarlo vivo al Canco.
Hicieron el juego, y cuando las llamas de la jogata estaban ya grande, casi llegaban hasta el cielo, lo echaron en medio del juego pa que si arda. Pero resulta que al cair en medio de las llamas, el Canco lo largó al río pa apagar todo el juego, y jue tanta l' agua del río que tenía el Canco adentro que arrió con gente, casa, majadas, de todo el poblado de Orán, y los que conocen dicen que entuavía está corriendo l' agua.

Felipe Romero, 83 años. Las Peñas. La Paz. Catamarca, 1952.

Nativo de este disperso y aislado caserío a 170 km de la ciudad de Catamarca.

Cuento 393. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030

El caballo y los monos .411

Dice que la sirvienta de una casa se quejaba de los monos que entraban a la cocina y le ensuciaban todo y le comían muchas cosas. Entraban por la siesta. Ella dejaba todo limpio y los monos le ensuciaban la cocina. Y entonce se enojó y se quejó al patrón. Y el patrón no sabía qué hacer. Entonce oyó un caballo viejo que estaba ahí. El caballo le dijo al patrón:
-Si usté me da un año de libertá yo le voy a agarrar todos los monos.
Y entonce le dice el patrón:
-¿Y cómo les va a agarrar?
-Ya va ver usté, como yo les voy a agarrar a todos.
Y entonce el caballo va y se echó en una tranquera donde solían pasar los monos. Y cuando llegan lo mono lo ven al caballo echado como muerto en el suelo. Y entonce dijo:
-¡Ajá!, ¡Ajá! ¡Aquí hay un muerto!
Y entonce que el caballo, callado, callado no más 'taba ahí.
Entonce que le dijo uno de los monos:
-Vamos en la cocina del patrón. Ahí hay unas piolas. Vamo a traer. Lo vamo a atar y lo vamo echar al río.
Entonce el otro se hizo el callado no má.
Entraron los monos a la cocina y cortaron las piolas y cada mono tenía una piola para él.
Llegaron en donde 'taba el caballo y lo ataron por cada pata, por la cola, por la oreja, por donde se podía atar. Y ellos se  ataron por la cintura para poder arrastrar. Entonce cuando ya se ataron todo, y el caballo 'taba arrastrado, se levantó el caballo y empezó a dar patadas, y les dijo:
-Bueno, ¿ustedes me querían llevar al río? ¡Yo les voy a dar!
Y empezó a disparar el caballo y los monos por todos lados, por arriba, por abajo, por el lado, los golpes y los saltos. Y ellos no se podían largar.
Y entonce él los arrastró a toda carrera alrededor de la plaza. Daba vueltas y vueltas, y toda la gente salía a ver qué pasaba.
Y entonce, cuando ya se murieron los monos, se jue el caballo y le dice al patrón:
-Aquí le traigo todo lo mono, todo lo mono muertos.
Entonce el patrón le dice:
-Te voy a dar un año de libertá.
Y el caballo de contento se daba vueltas alrededor de la plaza, los saltos y relinchos. Era como si estuviera bailando de contento por la libertá que había ganado.

Manuela A. de Navarro, 74 años. San Luis del Palmar. Corrientes, 1959.

La narradora proviene de familias tradicionales del lugar. Es semiculta. Habla el guaraní, lengua común de la región.

Este cuento y el que sigue, El burro y los monos, son variantes del cuento más extendido El burro se hace el muerto.

Cuento 411. Fuente: Berta Elena Vidal de Battini

0.015.1 anonimo (argentina) - 030