Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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miércoles, 17 de octubre de 2012

El medio pollico

60. Cuento popular

Éstas eran dos señoras que echaron una llueca y en la llueca les salió un pollico. Pero ellas querían cada una un pollico, y como les salió solamente uno, lo partieron en dos partes. Y una se comió su medio pollico, y la otra lo tiró al balaguero.
Y allí en el balaguero se puso el medio pollico a escarbar y se encontró una bolsa de dinero. Y pasó por allí un parrillano y le dijo:
-Dame esa bolsa de dinero, que a los ocho días yo pasaré por aquí a devolvértela.
Y se la dió el pollico y se fué el parrillano: Y ya pasaron los ocho días y el parrillano no volvía, y se fué el medio pollico a buscarlo.
Y andando, andando por su camino, se encontró con una zorra. Y le dijo la zorra:
-Medio pollico, ¿dónde vas, que te voy a comer?
Y el medio pollico le contestó:
-No, no; no me comas. Métete en mi culico, que yo te taparé con mi trapico.
Y ya va más andando, más andando, y se encuentra con un lobo. Y le dice el lobo:
-Medio pollico, ¿dónde vas, que te voy a comer? Y el medio pollico le dice:
-No, no; no me comas. Métete en mi culico, que yo te taparé con mi trapico.
Y ya va más andando, más andando, y se encuen­tra con un gato. Y le dice el gato:
-Medio pollico, ¿dónde vas, que te voy a comer? Y el medio pollico le contesta:
No, no; no me comas. Métete en mi culico, que yo te taparé con mi trapico.
Y ya va más andando, más andando, y se encuentra con un guijarral. Y le dice el guijarral:
-Medio pollico, ¿dónde vas, que te voy a comer?
Y le dice el medio pollico:
-¡No, no; no me comas. Métete en mi culico, que yo te taparé con mi trapico.
Y ya va más andando, más andando, y se encuentra con el Río Júcar. Y le dice el río:
-Medio pollico, ¿dónde vas, que te voy a hogar?
Y le dice el medio pollico:
-No, no; no me hogues. Métete en mi culico, que yo te taparé con mi trapico.
Conque ya se va el medio pollico a la casa del pa­rrillano y llama a la puerta y le dice:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y el parrillano le dice a la parrillana:
-Mételo en la cuadra de las gallinas, que lo pico­teen y se lo coman.
Y entonces el medio pollito soltó a la zorra, y la zorra se comió a todas las gallinas.
Entonces se va el medio pollico otra vez a la puerta de la casa del parrillano y dice:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y entonces le dice el parrillano a la parrillana:
-Échalo a las mulas, que lo pisoteen.
Y entonces el medio pollito soltó al lobo, y el lobo se comió a todas las mulas.
Y se va el medio pollico entonces a la puerta de la casa del parrillano y dice:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y le dijo el parrillano a la parrillana:
-Échalo con los conejos, que se lo coman.
Y entonces el medio pollico soltó al gato, y el gato se comió a todos los conejos.
Otra vez se va el medio pollico a la puerta de la casa del parrillano y dice:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y dice entonces el parrillano a la parrillana:
-Mételo en la tenaja de aceite, que se hogue.
Y entonces el medio pollico soltó el guijarral, y el guijarral rompió la tenaja.
Se va otra vez el medio pollico a la puerta de la casa del parrillano y dice:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y el parrillano le dice entonces a la parrillana:
-Súbelo a la hoguera que hay en la plaza, pa que lo asen.
Y entonces el medio pollico soltó el Río Júcar, y el Río Júcar apagó la hoguera y se llevó a la gente de la plaza.
Y otra vez se va el medio pollico a la puerta de la casa del parrillano y dice:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y entonces ya la dice el parrillano a la parrillana:
-Toma, mujer; dale sus cuartos y que se vaya. Pero a medio camino, se puso a contar sus cuartos, y vió que le faltaba un céntimo. Y se volvió a la casa del parrillano y llegó diciendo:
-¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío! ¡Pío, pío, pío, quiero lo que es mío!
Y entonces el parrillano, de la ira que le dió, cogió al medio pollico y le cortó la media cabeza. Y lo asaron y se lo comieron.
Y colorín colorao, por tu boca se ha escapao. Y colorín colorao, cuento acabao.

Fuente: Aurelio M Espinosa

003. España


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