Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

miércoles, 17 de octubre de 2012

El ángel y el ermitaño .026

Éste era un ermitaño que vivía solo en un desierto. Y todos los días bajaba un ángel a traerle una copa de agua y un poco de pan.
Y un día pasaron por onde vivía unos guardias que llevaban a un preso pa un pueblo, y al verlos, dijo.­
-El alma de ése se la lleva el diablo, que ha ofen­dido a Dios.
Conque ya por eso lo castigó Dios y otro día ya no vino el ángel a traerle la copa de agua y el poco de pan. Ni otro día no vino, ni tampoco el otre.
Y ya empezó el pobre ermitaño a llorar. Y un rui­señor en sus trinos le dió a entender que Dios le había castigao por lo que había dicho. Y ya bajó el ángel del cielo y le dijo:
-Dios te ha castigao por lo que has dicho del alma del preso. Toma este sarmiento que has de lle­var de ahora en adelante por cabecera, y cuando el sarmiento brote tres ramas verdes, entonces te habrá perdonao Dios.
Se marchó el ermitaño muy triste y muy arrepen­tido por el mundo a pedir limosna. Y llegó a una cueva de ladrones y salió a recibirlo una viejecilla que era la madre de los ladrones y le dijo:
-¿Qué buscas en estas soledades?
Y le dijo él que era un pobre que andaba por el mundo pidiendo limosna y que le hicieran el favor de darle posada por esa noche. Y la viejecilla le dijo que si le daba posada, los ladrones le matarían, pero que ella le escondería pa que ellos no le vieran. Y le dijo que entrara. Y entró el pobre ermitaño y lo es­condió la viejecilla en un lugar onde se escondían los ladrones cuando venían a buscarlos.
Pero cuando llegaron los ladrones, fueron a ese mismo lugar a esconder unos robos que habían hecho y encontraron al ermitaño. Y le dijeron a la viejecilla:
-¿Qué es esto? Aquí está un hombre y lo vamos a matar.
-¡Ay, que no lo maten! -les dijo ella. Es un pobre viejo que llegó pidiendo limosna y yo le he metido allí pa que pase la noche y se vaya mañana por la mañana.
Y ya salió el ermitaño y le preguntaron los ladro­nes pa qué había venido allí. Y entonces les contó él todo lo que le había pasao en el desierto y cómo lo había castigao Dios por haber dicho que el alma del preso se la llevaba el diablo.
Y entonces los ladrones dijeron:
-Pues si a este pobre ermitano lo castigó Dios sólo por haber dicho eso, ¿qué nos hará a nosotros que hemos robao tanto y matao a tantos hombres?
Y todos se arrepintieron de su vida.
Conque fueron todos a acostarse; y el ermitaño fué y se acostó solo en el suelo con su sarmiento de cabecera.
Y otro día, cuando los ladrones fueron a buscarlo, lo hallaron muerto. Y el sarmiento había brotao tres ramas verdes. Y ellos se arrepintieron de toda su vida pasada y todos fueron santos.

26. Cuento popular

Fuente: Aurelio M Espinosa

003. España

No hay comentarios:

Publicar un comentario