Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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domingo, 5 de agosto de 2012

Por qué la mona y la tortuga tienen frío por la noche

Una tarde lluviosa, una mona y una tortuga se refugiaron bajo un árbol, quejándose del frío:
-¡Brrr! -decía la mona tiritando.
-¡Achís! ¡Achís! -estornudaba la tortuga.
Finalmente decidieron, de común acuerdo, que a la mañana siguiente derribarían un árbol y con su corteza se harían unos buenos abrigos bien calentitos.
Pero a la mañana siguiente salió el sol y comenzó a hacer un calorcito tan agradable que la mona trepó a la copa de una pal­mera para disfrutarlo mejor, y la tortuga se acomodó en su rin­cón preferido.
A mediodía, la mona bajó del árbol, se dirigió hacia su ami­ga la tortuga y le preguntó:
-Hola, querida, ¿cómo estás?
-Muy bien, me siento estupendamente bien -respondió la tortuga con satisfacción.
-Pero, dime, ¿y los abrigos? ¿Los vamos a hacer tal como de­cidimos anoche?
-¡Qué idea! ¡No me hables de abrigos! -replicó la tortuga. ¿Para qué los queremos? Ahora estamos bien así, ¿no te parece?
Y disfrutaron apaciblemente del sol durante todo el día.
Lamentablemente, el día pasó y, al ponerse el sol, volvió a llover. Como el día anterior, la mona y la tortuga se refugiaron bajo un árbol quejándose del frío:
-¡Brrr! -decía la mona tiritando.
-¡Achís! ¡Achís! -estornudaba la tortuga.
Por segunda vez, se pusieron de acuerdo en que al día siguien­te, muy temprano, derribarían un árbol y se harían unos abrigos calentitos con su corteza. Pero por la mañana el sol brillaba de nuevo y hacía un calor tan agradable que la tortuga dijo:
-¡Qué idea! ¡No me hables de abrigos! ¿Para qué los quere­mos? Ahora estamos bien así, ¿no te parece?
Y la mona, naturalmente, estuvo de acuerdo.
Y así siguieron esas dos perezosas un día tras otro, y así si­guen. Cuando llueve por la noche, tiemblan del frío bajo un ár­bol, quejándose y estornudando, y deciden que lo antes posible se harán unos abrigos para no pasar frío. Y cuando llega la ma­ñana, con el sol y el calor, las domina la pereza y no hacen nada.

159. anonimo (java)

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