En una cabaña próxima al mar, vivía
una pobre viuda con su hija. Un día en que las olas batían fuertemente las
rocas, la muchacha vio un paquete negro que se acercaba sobre las aguas y se
metió en el mar para cogerlo, y como pesaba mucho lo dejó en la orilla y fue en
busca de su madre. Cuando llegó esta, desataron la tela impermeable y
encontraron una niñita de pocos meses.
-¡Pobrecita! -exclamó la viuda.
¿Quién habrá hecho esto con ella? El caso es que no podemos dejarla abandonada,
pero, ¡si no tenemos comida ni para nosotras!
-Mamá, no te apures -dijo la
muchacha. Dios es muy bueno y nos ayudará.
Así, la mujer aceptó otra hija y la
muchacha una hermanita. Rodeada de pobreza, pero también de cariño, la niña fue
creciendo.
La llamaban la Hija del Mar.
999. Anonimo,
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