Eranse dos jovencitas, una llamada
Gretchen y otra Helga, que vivían en un valle perdido entre las montañas. La
primera cuidaba patos y la segunda pavos reales, por lo que Helga se creía
superior a su compañera.
Un día, mientras los pavos buscaban
su comida entre las hierbas del prado, Gretchen y Helga se pusieron a charlar.
-He oído que el hijo del rey está
buscando esposa -dijo Helga.
-Pero el príncipe no se fijará en
una cuidadora de patos -alegó Gretchen.
La otra se encogió de hombros
desdeñosa y creyó que, siendo ella criadora de pavos reales, su categoría era
superior.
Y resultó que un oso escuchó la
conversación y fue a contarla a sus compañeros del bosque. Y todos se reían de
la presumida Helga, que por criar pavos reales había soñado en ser princesa.
999. Anonimo,
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