Iba Pedro paseando por el campo, cuando vio a una zorrita prendida en una
trampa. Inmediata-mente, la liberó.
‑Toma esta capucha roja ‑dijo la zorra. Con ella oirás cuando quieras la
conversación de los animales y las plantas.
Pedro le dio las gracias y se puso la capucha. Mientras andaba, iba oyendo
lo que decían los pájaros, las ardillas y los árboles. Entonces oyó que una
encina le decía a otra:
‑¿Sabes por qué está mala la hija del Rey? Porque el Rey construyó un granero
sobre la raíz de un roble, y éste ha encantado a la Princesa. Pero sanará si
destruyen el granero.
Pedro fue rápidamente al Palacio y le dijo al Rey que él podía sanar a su
hija, si hacía lo que él le iba a decir.
‑¡Lo que tú quieras! ‑exclamó el Rey. Y si la curas, te casaré con ella,
sin importarme que seas pobre o rico. Pedro vio a la Princesa enferma y se
enamoró de ella al instante. Le dijo al Rey que derribara el granero, y el Rey
lo mandó hacer, aunque no entendía el porqué. Al momento, la Princesa sanó, el
Rey se puso contentísimo y preparó la boda.
Así fue como Pedro llegó a ser Rey, por su bondad, y siempre fue sabio,
porque la capucha roja le contaba cosas que los demás no podían oír.
999. Anonimo,
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