Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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viernes, 24 de agosto de 2012

La bondad recompensada


Erase un matrimonio de campesinos. Tan bien se llevaban que no habían dis­cutido jamás. Un día, el marido dijo a la mujer:
-Voy a vender el caballo, que ya está viejo.
-Lo que tú quieras, esposo mío.
Se fue el hombre con el caballo y, co­mo hallara más adelante a un pastor que llevaba una oveja, le preguntó.
-¿Quieres cambiarme la oveja por el caballo?
-¡Hecho! -replicó el pastor.
El trato fue presenciado por dos elegan­tes viajeros que iban de camino en un co­che tirado por buenos caballos y que rie­ron del cambio.
Más adelante, una mujer que llevaba una gallina, vio la oveja del campesino y le propuso hacer un cambio. El buen hom­bre entregó la oveja y se quedó con la gallina.
Más tarde, el hombre llegó a la posa­da, justamente al tiempo que lo hacían los dos viajeros.
-Te cambio tu gallina por un saquillo de manzanas -le dijo el posadero.
-Aceptado.
Apenas realizado el cambio, llegaron dos zagales y suplicaron al campesino:
-¿Por qué no nos das alguna de tus manzanas? Tenemos hambre.
-Ahí está el saquillo, comed las que queráis -dijo el buen campesino.
Y los chicos se las comieron casi to­das. Los dos elegantes caballeros dijeron a nuestro hombre:
-Tu mujer va a darte una buena paliza cuando llegues a casa. Has salido con un caballo y vuelves con sólo unas manzanas.
-¡Quiá, no lo creo! ¿Qué nos aposta­mos?
-Este saquillo lleno de oro -dijo uno de los dos elegantes caballeros.
Los tres en compañía se dirigieron a ca­sa del campesino.
-Mira, mujer -dijo el marido, cuando ella apareció en la puerta-. Te traigo es­tas manzanas a cambio del caballo. ¿Es­tás conforme?
-Siempre estoy conforme con lo que tú haces, esposo mío. Estoy muy conten­ta con las manzanas.
Los elegantes caballeros comprendie­ron que habían perdido la apuesta y en­tregaron a la mujer el saquillo con las mo­nedas de oro.

999. Anonimo, 

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