Hace muchos años, en la
fabulosa India, vivió un poderoso sultán. Habitaba un palacio de doradas
cúpulas y brillantes mármoles y era feliz, pues tenía tres hijos buenos y
apuestos, los príncipes Hussain, Alí y Ahmed, además de una sobrina; la
bellísima Nurnihar.
Y resultó que los tres
príncipes se enamoraron de su hermosa prima y el sultán no podía dormir de
preocupación.
-No sería un soberano
justo, ni un buen padre si diese la muchacha a uno de mis hijos haciendo
desdichados a los otros dos -se decía.
Y después de mucho
reflexionar, llamó a los tres príncipes y les dijo:
-Como no puedo conceder
la mano de Nurnihar a uno de vosotros haciendo desdichados a los otros dos,
ved lo que he decidido: partiréis lejos y recorreréis el mundo al azar. Un año
durará vuestro viaje y el que al cabo de ese tiempo haya conseguido el objeto
más precioso se casará con Nurnihar.
Los tres príncipes
aceptaron la sabia decisión de su padre y se pusieron en camino.
Nurnihar, desde la
ventana más alta de palacio, les despidió agitando su mano. Sus bellos ojos se
inundaron de lágrimas.
Husain montaba un fogoso
corcel blanco. El caballo de Alí era de color de azabache, y el corcel de
Ahmed era amarillo como el ámbar.
999. Anonimo,
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