Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

lunes, 6 de agosto de 2012

El tejedor y el monstruo


Había una vez, según dicen, un rey, y este rey tenía una hija muy hermosa. Un monstruo terrible, corpulento y fuerte como un gi­gante, se había obsesionado con la idea de casarse con la prince­sa. El rey envió a su ejército para combatir al monstruo, pero éste lo aniquiló matando a todos los soldados, del primero al úl­timo. Entonces el rey lanzó por todo el país una proclama:
«Quien logre vencer al monstruo, obtendrá la mano de mi hija».
Un tejedor escuchó la proclama. Las cosas le iban muy mal y lo que ganaba no le alcanzaba para vivir. Así pues, se dijo: «Esto no es vida y, si logro matar al monstruo, tendré por espo­sa a la hija del reg».
Se decidió, por tanto, y emprendió el camino. En el trayec­to encontró una cola de vaca.
«Voy a cogerla -se dijo-. Puede llegar a serme útil.»
Y así fue: la recogió y siguió su marcha. Poco después en­contró una pequeña tortuga.
« Voy a cogerla -se dijo-. Puede llegar a serme útil.»
Metió a la tortuga en el bolsillo y continuó su caminata. Final-mente llegó a la cima de un monte. En el valle que se ex­
tendía al pie de este monte, tenía su cabaña el terrible monstruo. -Sal de ahí, monstruo -gritó el tejedor.
-¿Quién me llama? -gruñó el malvado.
-¡Te estoy llamando yo! ¡He venido a matarte! -respondió el tejedor.
-¿Y tú quién eres?
Soy el tejedor.
Jamás, en toda su vida, el monstruo había oído hablar de un tejedor. Y la presencia de un ser desconocido le dio miedo.
-Dime, tejedor -preguntó el monstruo-, ¿eres muy fuerte?
-Sal de tu casa y lo verás.
Pero el monstruo no quería correr el riesgo de salir, y dijo:
-Arráncate un pelo y házmelo ver. Así podré hacerme una idea de tu fuerza.
El tejedor le arrojó al monstruo la cola de vaca que había encontrado al borde del camino.
El monstruo cogió la cola y la comparó con uno de sus pe­los. La cola de la vaca era cuatro veces más gruesa y dos veces más larga.
El tejedor, a su vez, dijo:
-Coge una de las pulgas que tienes encima y arrójamela.
El monstruo cogió una de sus pulgas y se la arrojó al teje­dor. La pulga era más gorda que un pájaro.
-Pero esto no es nada -rió el tejedor. Fíjate bien en qué raza de pulgas llevo qo encima.
Y le arrojó al monstruo la tortuga.
El monstruo se asustó aún más. Pero volvió a gritar:
-¡Muy bien! Ahora estornudemos y veamos cuál de noso­tros es más fuerte.
El monstruo no paró de estornudar hasta que las puertas de su cabaña se salieron de sus goznes.
-Pero esto no es nada -gritó el tejedor-. Ahora estornudaré yo, pero tápate los oídos si no quieres quedarte sordo.
El monstruo se tapó los oídos y el tejedor hizo rodar un enorme peñasco desde la cumbre del despeñadero hacia la caba­ña de su enemigo.
El peñasco hundió el tejado y capó justo sobre la cabeza del monstruo. El monstruo se agarró la cabeza y pensó para sus adentros: «No me enfrentaré a un tipo como éste, que tiene los pelos gruesos como la cola de una vaca, las pulgas gordas como tortugas y que, cuando estornuda, hace que caigan las rocas».
Tomada esta decisión, salió de su cabaña, trepó por los ce­rros de los alrededores y no volvió nunca más.
El tejedor se casó con la hija del rey y vivió feliz hasta el fin de sus días.

Fuente: Gianni Rodari

138. anonimo (tajikistan)

No hay comentarios:

Publicar un comentario