Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

sábado, 7 de julio de 2012

Los pueblos enemistados


284. Cuento popular castellano

Éstos eran dos pueblos, Villota y Itero Seco, que se encontra­ban enemis-tados por si tenía el uno más parcelas de terreno que el otro. De donde resulta que el que tenía menos -Itero- esca­seaba de pastos para los ganaos. Pero ya los de Itero abusaban de entrar en el terreno de Villota. Y los de este pueblo empezaron por imponerles algunas multas por la entrada de los ganaos.
No obstante, seguían. Y los de Villota les amenazaron hasta con quitarles el sol. Formaron parapetos en el monte, con talayas y sogas, tendiendo cuarenta o cincuenta sábanas. La cuestión era armar un patíbulo grande que llamase la atención. Se dieron cuen­ta los de Itero -que es un pueblo de menos habitantes que Villo­ta, y claro, creyeron que efectivamente les quitaban el sol.
Bueno, en vista de esto, pues ya los de Itero se bajaron a Villota a tener una reunión y arreglar la cuestión. Se llegó a un acuerdo entre los dos. Y ya conformes los dos, Villota propuso, en prueba de la buena amistaz que iban a tener, que como buenos vecinos Villota pondría una tierra y Itero piezas de cecina para sembrarlas y criar terneras.
Convenidos todos, se señaló día para la siembra de las piezas de cecina, acordando de que de la siembra se encargaría el pueblo de Villota. Llegó el día señalado. Pero días antes, los de Villota habían estado en distintos mataderos, de donde reunieron una partida de cuernos. Y el día señalado, se comieron la cecina y en­terraron los cuernos a flor de tierra.
Transcurridos dos meses próximamente, acordaron reunirse los dos pueblos para ver si nacían ya las terneras. Efectivamente, vieron que asomaban algunas puntitas de cuernos ya fuera de la tierra. Conformes los dos pueblos, se retiraron todos como buenos amigos.
A los dos meses, acordaron otra reunión. Y ya entre ellos hubo uno de Itero que dijo:
-Puesto que tenemos ya un trato, pues vamos a celebrarlo con una buena merienda.
Y claro, todos que sí; convinieron en que sí.
-Bueno, pues en ese caso -dijo otro de Itero- vamos a sacar una ternera de las más crecidas.
-Bien.
Fueron a la tierra y donde comprendían que sobresalían más los cuernos, llamaron a un tal Juanón, como uno de los de más fuerza del pueblo de Itero. Y le dicen:
-Bueno, Juanón yá que tienes mucha fuerza, a ver cómo sa­cas una ternera para darnos un banquete.
Y agarrando de un cuerno que estaba a flor de tierra, tiró con tanta fuerza que se cayó de espaldas con el cuerno en la mano. Y ya le dijeron todos:
-¡Bruto, que la has escornao! ¡De aquí ya no sacas más!

Saldaña, Palencia. Florencio Garrido. 18 de mayo. 1936. 63 años.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


No hay comentarios:

Publicar un comentario