Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

lunes, 30 de julio de 2012

La gallina


Cuento popular

Pues andaba un día por ahí Pedro Urdemales cuando se compró una gallina muy bonita. Pero como tuvo que salir de viaje, se la dejó al rey para que la cuidara. El rey la llevó al gallinero.
A los pocos días, la princesa la vio, y le pareció tan hermosa y apetitosa que le entraron ganas de comérsela. El rey le dijo que no era de ellos y que mejor eligiera otra de las que había en el gallinero. Pero la princesa se encaprichó de esa y dijo que, o se comía esa gallina, o no comería nada hasta morir de hambre. La llantina fue tan grande que el rey, que no podía ver sufrir a su hijita, aceptó matar a la gallina de Urdemales, y la princesa se la comió hecha estofado.
Pasó algún tiempo cuando Pedro Urdemales regresó para buscar su gallina y se encontró con que se la había comido la hija del rey. Cuando la reclamó, el rey le ofreció pagársela a muy buen precio, pero Pedro vio la oportunidad de hacer un buen negocio y no aceptó.
-O me dan la gallina, o me llevo a la princesa que se la comió.
Y así se empeñó y reclamó hasta que el rey le entregó a la princesa.
Pedro la metió en un saco, se la echó al hombro y se largó por esos mundos hasta que, después de mucho andar, llegó a una cabaña donde vivía una viejecita.
-Señora, ¿tiene usted un poco de agua para este viajero? -le preguntó.
-Toma esta calabaza y acércate hasta el arroyo que no corre muy lejos de aquí -le respondió ella.
Pedro dejó el saco y se dirigió al arroyo, momento que la viejecita, que era muy curiosa, aprovechó para mirar lo que llevaba en el saco.
Al abrirlo, reconoció a la princesa y decidió cambiarla por un perro muy bravo que tenía. Escondió a la princesa y, cuando llegó Pedro, se hizo la inocente.
Pedro regresó, le dio las gracias y se echó el saco al hombro para proseguir su viaje.
Mientras caminaba, el perro se movía en el saco, y Pedro le decía:
-Ya, no te inquietes, que pronto vamos a llegar y verás cómo te gustará.
Y así todo el viaje.
Por fin llegaron a la casa de Pedro, y cuando este abrió el saco, el perro bravo saltó, le mordió las pantorrillas y escapó.
A Pedro le dio mucha rabia y tristeza, pues lo que creía un buen negocio se convirtió en la burla de una vieja.
Y cuentan los que lo saben que le entró tanta pena que hasta murió.

028. anonimo (chile)

No hay comentarios:

Publicar un comentario