Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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jueves, 5 de julio de 2012

La boda del tío tuturubillo

491. Cuento popular castellano

Éste era un gallo muy guapo y muy bonito que iba a la boda de su tío Tuturubillo. Llevaba mucha hambre, y en el camino se encontró un montón de trigo. No sabía qué hacer, si picar o no, porque decía:
-Si pico, me mancho el pico; y si no pico, me quedo con hambre. Por fin picó, y se manchó el pico. Y dice:
-¿Qué haré yo ahora para ir guapo a la boda del tío Tuturu­billo? ¿Quién me limpiará?
Se encontró una malva y la dice:
-Malva, límpiame el pico, que voy a la boda de mi tío Tutu­rubillo.
-¡No quiero! -le contestó la malva.
Después se encontró a una oveja y la dice:
-Oveja, come la malva, que la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero! -le respondió (todos le iban respondiendo igual). Se encontró a una zorra.
-Zorra, come a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, porque la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero!
Se encontró a un lobo:
-Lobo, come a la zorra, porque la zorra no ha querido comer a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, por­que la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero!
Después se encontró a un burro y le dice:
-Burro, cocea al lobo, porque el lobo no ha querido comer a la zorra, porque la zorra no ha querido comer a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, porque la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero!
Luego se encontró a un palo.
-Palo, pega al burro, porque el burro no ha querido cocear al lobo, porque el lobo no ha querido comer a la zorra, porque la zorra no ha querido comer a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, porque la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero!
Después se encontró a una lumbre y la dijo:
-Lumbre, quema al palo, porque el palo no ha querido pegar al burro, porque el burro no ha querido cocear al lobo, porque el lobo no ha querido comer a la zorra, porque la zorra no ha que­rido comer a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, porque la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero!
Luego se encontró a un cubo de agua.
-Cubo de agua, apaga a la lumbre, porque la lumbre no ha querido quemar al palo, porque el palo no ha querido pegar al burro, porque el burro no ha querido cocear al lobo, porque el lobo no ha querido comer a la zorra, porque la zorra no ha que­rido comer a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, porque la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
-¡No quiero!
Después se encontró a un elefante y le dice:
-Elefante, bebe el cubo de agua, porque el cubo de agua no ha querido apagar a la lumbre, porque la lumbre no ha querido quemar al palo, porque el palo no ha querido pegar al burro, por­que el burro no ha querido cocear al lobo, porque el lobo no ha querido comer a la zorra, porque la zorra no ha querido comer a la oveja, porque la oveja no ha querido comer a la malva, por­que la malva no ha querido limpiarme el pico, que voy a la boda del tío Tuturubillo.
El elefante quería beber el cubo de agua, y el cubo de agua quería apagar a la lumbre, y la lumbre quería quemar al palo, y el palo quería pegar al burro, y el burro quería cocear al lobo, y el lobo quería comer a la zorra, y la zorra quería comer a la oveja, y la oveja quería comer a la malva. Y entonces la malva le limpió el pico al gallo.
Entonces le dice el gallo al elefante:
-Ya que has sido tan buen amigo, irás conmigo a la boda de mi tío Tuturubillo.
Llegaron y llamaron a la puerta. Los dos de la boda respon­dieron por una ventana, y viendo a esos personajes tan elevados, como el elefante, dijeron que no le admitían, ni al gallo ni a él.
Entonces fue el gallo y le dio permiso al elefante para que se co­miera a todos los invitados. Y el gallo y el elefante siguieron ami­gos hasta el fin de sus días.

Pedraza de la Sierra, Segovia. María Pascual. 24 de marzo, 1936. 28 años.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo                                                            

058. Anonimo (Castilla y leon)


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