Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

jueves, 26 de julio de 2012

El tambor de piel de piojo


Una reina tenía una hija y solía pasear con ella por los jardines y los bos­ques y la niña se interesaba por todo lo que veía. Un día vio en el jardín una matita que no sabía reconocer y dijo:
‑Madre, ¿qué es esa matita?
Y la reina le contestó:
‑Es de hinojo.
‑Pues la vamos a cuidar, para ver lo grande que llega a ser.
Otro día estaba la reina peinando a su hija y en el peine sacó un piojo, y dijo la princesa:
‑Pues lo vamos a cuidar, para ver lo grande que llega a ser.
Lo estuvieron cuidando y con el tiempo se hizo tan grande como un animal de mediano tamaño, pero al final envejeció y murió. La reina y la princesa lo sintieron mucho, porque le habían cogido cariño. Entonces pensaron tener un recuerdo de él y con su piel se hicieron un hermoso tambor que sonaba muy bien.
Un día en que la princesa se divertía tocando el tambor, le dijo a su madre:
‑¿Quién sería capaz de adivinar que este tambor se ha hecho con piel de piojo?
‑Nadie en el mundo lo adivinaría ‑respondió la reina.
El rey, que estaba escuchando esta conversa-ción, empezó a pensar y se le ocurrió que a cuenta de aquel tambor podría ganar un buen dinero. Entonces hizo una proclama por todo su reino diciendo que daría un gran premio a quien acertara de qué piel estaba hecho el tambor, pero que quien no lo acertara debería pagarle un tributo en dinero. Muchos acudieron al palacio convencidos de que lo adivinarían fácilmente.
‑Está hecho con piel de zorro ‑decían unos.
‑No, está hecho con piel de gato ‑decían otros.
‑Este tambor lo han hecho con piel de gallina ‑decían otros más. Y así fueron desfilando mu-chos hombres y mujeres del reino, pero nadie lo adivinaba. Y como cada uno tenía que pagar porque no había acertado, el dinero entraba a espuertas en el palacio del rey.
En un lugar del reino había un mozo que decidió irse de su casa a probar fortuna. Emprendió el camino y al rato encontró a un hombre tumbado, con el oído puesto en tierra, y le preguntó qué hacía.
‑Estoy oyendo cómo nace la hierba.
‑Pues no has de tener mal oído. ¿Por qué no te vienes a correr mundo conmigo?
‑De acuerdo ‑dijo el hombre. Y se fue con él.
E iban los dos juntos caminando cuando vieron que un hombre estaba arrancando árboles como si fueran hierbecillas y se quedaron admirados de su fuerza. El mozo le propuso que se uniera a ellos para buscar fortuna y el hombre accedió.
Ahora ya eran tres los que caminaban juntos por el mundo y, anda que te andarás, llegaron a la ciudad donde vivía el rey. En cuanto se acomodaron en una fonda se enteraron de que el rey ofrecía un premio extraordinario a quien adivinara de qué clase de piel estaba hecho el tambor de la princesa.
‑Pues, si lo adivinamos ‑dijo el mozo a sus compañeros‑, nuestra fortuna está hecha.
Así que mandó al compañero que tenía el oído tan fino a que escuchase bajo una ventana las conversaciones del palacio. El hombre fue y, a la caída de la noche, escuchó esto:
‑¡Qué cantidad de dinero hemos recogido hoy con nuestro tambor! ‑decía la reina.
‑¡Y lo que recogeremos todos los días! Pues ¿quién va a adivinar que este tambor está hecho con piel de piojo?
El hombre, en cuanto oyó esto, salió corriendo a la fonda y le contó al mozo lo que había oído. Muy satisfecho, el mozo se presentó al día siguiente en el palacio del rey. Había otros muchos y hubo de guardar cola. Como de costumbre, nadie acertaba, hasta que le tocó a él el turno y dijo:
‑Majestad, este tambor está hecho con piel de piojo.
El rey se llevó las manos a la cabeza, asombrado, y el mozo reclamó su premio. Entonces el rey, que era muy codicioso, le dijo que el premio consistía en todo el dinero que podía cargar un hombre con sus solas fuerzas. El mozo se avino a ello, pero llamó a su compañero, el que arrancaba los árboles, y le dijo que empezase a cargar el oro del rey. Y el hombre cargó tanto y tanto que dejó vacías las arcas del rey y los tres compañeros se volvieron a sus casas tan ricos como nunca habían soñado.

003. anonimo (españa)

No hay comentarios:

Publicar un comentario