Eran dos buenos amigos,
jóvenes y desenvueltos, a pesar de que uno de ellos era ciego de nacimiento. En
una ocasión, una buena mujer los invitó a merendar en su casa, pero el
muchachito ciego estaba indispuesto y prefirió no asistir. En cambio, el amigo
fue a la casa dispuesto a tomarse una buena merienda. La mujer había preparado
una enorme fuente de sabroso arroz con leche. El mozalbete comió hasta que no
pudo más. Complacido, dio las gracias a la buena mujer y volvió junto a su
amigo. El ciego preguntó:
-¿Qué tal era la
merienda?
-¡No sabes cómo me he
puesto! Me he tomado casi toda una fuente de arroz con leche.
-¿De qué color es el
arroz con leche? -preguntó el muchachito ciego.
-Blanco, como la leche.
-¿Cómo es el blanco?
-Pues ¿qué te voy a
decir? Es el color opuesto al negro.
-Tampoco sé cómo es el
negro -se lamentó el ciego- ¿No puedes darme otra explicación?
Entonces el amigo que
veía divisó una grulla blanca, salió corriendo, la atrapó y la trajo junto al
ciego. Dijo:
-Esta grulla es blanca.
Tócala.
El ciego acarició a la
grulla.
-¡Qué suave es! -exclamó.
Es decir, que el blanco es suave.
-Nó, no -replicó el
amigo. Sigue pasando tu mano por la grulla a ver si logras captar el blanco.
El ciego pasó varias
veces la mano a lo largo de todo el cuerpo del animalillo.
-¡Ya lo tengo! -dijo
albordando el mozalbete. El blanco es sinuoso.
El Maestro dice: Para el que no puede todavía «ver», todo es
sinuoso.
Fuente: Ramiro Calle
004. Anonimo (india),
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