Dos amigos
emprendieron una excursión. Al llegar la noche se echaron a dormir uno al lado
del otro. Uno de ellos soñó que habían tomado un barco y habían naufragado en
una isla. Al despertar, comenzó a preguntarle a su compañero si recordaba la
travesía, el barco y la isla. Se quedó atónito cuando el amigo le explicó que
él no había tenido el mismo sueño. No podía creerlo. Pero ¡si era un sueño
increíble! Se negaba a aceptar que el amigo no recordara la travesía, el barco
y la isla.
*El Maestro dice: La persona común, atrapada en la cárcel de su ego, proyecta sobre los
otros sus propios autoengaños.
004. Anonimo (india),
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