Sariputta
era uno de los más grandes discípulos del Buda y llegó a ser un iluminado de
excepcional sabiduría y sagaz visión. Viajaba propagando la Enseñanza, y
cierto día, al pasar por una aldea de la India, vio que una mujer sostenía en
una mano un bebé y con la otra estaba dando una sardina a un perro. Con su
visión clarividente e intemporal pudo ver quiénes fueron todos ellos en una
pasada existencia. Se trataba de una mujer casada con un cruel marido que la
golpeaba a menudo. Se enamoró de otro hombre, pero entre su padre y su marido,
poniéndose de acuerdo para ello, le dieron muerte. Ahora la mujer mantenía a un
bebé en sus brazos, su antiguo amante, que fuera asesinado. La sardina era su
despiadado marido, y el perro, su padre. Todos habían vuelto a reunirse en la
presente vida, pero en condiciones muy distintas.
El
Maestro dice: Nadie puede escapar a sus acciones; tal
es el designio del karma.
004. Anonimo (india),
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