Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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miércoles, 13 de junio de 2012

El viejo tonto que removió dos montañas


El viejo tonto tenía noventa años y vivía con su familia al pie de dos enormes montañas. De genera­ción en generación, esas montañas les dificultaban la comunicación con los pueblos de alrededor. Tenían que subir y bajarlas para ir al mercado e incluso para ir por agua al riachuelo. Odiaban profundamente esas montañas, pero se sentían incapaces de hacer nada, hasta que un día, el viejo reunió a la familia y le co­municó su voluntad de allanarlas para acortar el camino.
Al día siguiente se pusieron a trabajar todos los miembros de la familia, excavando la tierra y trans­portándola hacia unos valles profundos. Al cabo de unas semanas, apareció un viejo sabio de barbas blancas y quedó atónito ante tan extraña operación:
-Pero, ¡por Dios! ¿Qué estáis haciendo?
-Queremos remover estas dos montañas que nos estorban -contestó el viejo tonto con naturalidad.
-¿No creéis que es una idea insensata, ya que sois tan pocos y las dos montañas son gigantescas?
-Es cierto que somos pocos y además ya estoy muy viejo. Sin embargo, tengo hijos y nietos, y ellos tendrán también hijos y nietos. Si bien las dos mon­tañas son altas, no podrán crecer más. Si de genera­ción en generación vamos cavando las montañas sin cesar, llegará un día en que las allana-remos.
Al escucharlo, el viejo sabio se marchó moviendo la cabeza, mientras que el viejo tonto siguió traba­jando sin parar con el mismo ánimo que cuando ini­ció la faena. Toda la familia seguía su ejemplo con redoblado esfuerzo.
Transcurrieron unos meses y el Divino se enteró del empeño y la irrevocable decisión del viejo tonto y su familia y, conmovido por la férrea voluntad de esos humildes trabajadores, envió a dos inmortales a remover las montañas.
Una madrugada, cuando despertó el viejo y se preparó para seguir con el rutinario trabajo, se dio cuenta de que las montañas habían desaparecido y frente a sus desconcertados ojos se extendía una am­plia llanura.

005. anonimo (china)

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