Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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lunes, 11 de junio de 2012

El encuentro


Érase una vez dos apasionados amantes. Tuvieron forzosamente que separarse durante un tiempo pro­longado. Fue una separación muy dolorosa, sembrada de nostalgia, recuerdos y melancolía. Cuando después del que pareció un tiempo interminable se reunieron los amantes, sus corazones desbordaban de alegría y entusiasmo. ¡Tanta había sido la añoranza amorosa! Entonces el enamorado le dijo a su amada:
-Querida mía, quiero contarte un suceso insólito.
La joven se estremeció, pero el amante la tranqui­lizó:
-No te inquietes, mi muy amada. Todo sucedió hace tiempo, cuando tu distanciamiento me partía el corazón y me hacía pasar noche tras noche en amarga vela. Un día perdí la mirada en una hermosa nube y al punto pensé en ti. Tanto era mi anhelo de ti que pedí a la nubecilla te transmitiera mi mensaje de amor infi­nito. ¡Te anhelaba tanto! Entonces me quedé súbita­mente ensimismado, deleitando el néctar de un singu­lar éxtasis de amor. Se pararon mis pensamientos, se detuvo el pulso y mi corazón comenzó a latir muy lenta e imperceptiblemente. Todo mi cuerpo se tomó rígido e insensible y perdí toda la noción de tiempo y espacio. Me desplomé pesadamente. Los que por allí acertaron a pasar creyeron que había muerte. Cogie­ron mi cuerpo y se dispusieron a incinerarlo. Me colo­caron sobre la pira funeraria y encendieron los tron­cos. Tuve intensas emociones que embargaban mi alma y visiones como nadie pueda jamás imaginarlas. Pero rebosaba de mi amor hacia ti y del febril anhelo de contemplarte de nuevo y arroparte con mis brazos. Por mi mente transitaron todos los bellos recuerdos de nuestra relación, mientras la pira seguía ardiendo. De pronto, el insoportable calor me volvió en mí, salté de la pira y liberé mi cuerpo de las llamas. Todos cre­yeron que era un portento divino, aunque para éste tu siempre fiel amante el mayor portento es el amor indestructible y pleno que el uno sentimos por el otro.

El Maestro dice: Si dispusiéramos del anhelo del amante de esta historia, nos liberaríamos del fuego de la ignorancia y hallaríamos la sublimidad de la paz interior

Fuente: Ramiro Calle

004. anonimo (india)


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