Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

8-2-2015 a las 21:47:50 10.000 relatos y 10.000 recetas

10.001 relatos en tiocarlosproducciones

10.001 recetas en mundi-recetasdelabelasilvia

Translate

lunes, 14 de mayo de 2012

El rey cangrejo

Cuento popular

Se dice vulgarmente que el león es el rey de los animales, pero cuando sucedió esto que vamos a contar no ocurría así.
Cierto es que el león fue siempre el rey de los animales, pero sólo de los grandes animales terrestres. La ballena era el rey de los animales marinos, y el cangrejo era el rey de todos los minúsculos habitantes de la tierra y de los ríos, e incluso animales mucho más grandes y poderosos que el cangrejo estaban bajo sus órdenes, como las serpientes, las tortugas y las ranas. Pero todos temían las poderosas pinzas del cangrejo y le obedecían sumisos.
El cangrejo, en vista del saludable temor que inspiraba con sus pinzas, abusaba de su poder y dictaba una serie de leyes que irritaban a sus súbditos. Una de ellas era que mientras dormía nadie podía hacer el menor ruido para turbar su sueño.
Los súbditos, cansados, decidieron sublevarse, y un día, mientras su poderosa majestad dormía, empezaron las ranas a croar y a reír muy fuerte, tanto que se despertó al oír el alboroto. Inmediatamente llamo a la libélula que era su mensajero, y mandó que las ranas comparecieran ante su presen­cia para inquirir la causa de sus risas.
Las ranas se excusaron de haber despertado al rey y dijeron:
-Hemos reído a causa de la tortuga, que tiene una figura ridícula con su casa a cuestas.
El cangrejo mandó a la libélula a buscar a la tortuga, y cuando la tuvo ante su presencia le preguntó por qué llevaba su casa a cuestas.
-Llevo mi casa a cuestas -contestó la tortuga- porque la luciérnaga despide fuego, y tengo miedo que me queme mi casa si yo estoy fuera.
El rey entonces mandó a buscar a la luciérnaga, y quiso saber por qué despedía fuego.
La luciérnaga contestó:
  El mosquito tiene la culpa. Se pasa todo el día tras de mí tratando de picarme y de aturdirme con su zumbido, y yo despido fuego para asustarlo y ­protegerme.
Entonces el rey, ya enfadado, mandó llamar al mosquito y le preguntó por qué atormentaba a la luciérnaga.
El mosquito entonces, en vez de contestar, se puso a zumbar en torno al cangrejo, y lanzándose veloz sobre él le picó en la frente. El cangrejo, furioso por la desvergüenza del mosquito, le dio un golpe en la frente y mató al animalejo.
Los demás mosquitos, al enterarse de lo que había ocurrido a su compañero, se unieron para hacer la guerra al rey. El cangrejo, asustado ante la nube de mosquitos que se le venía encima, hizo con sus pinzas un agujero en la tierra y se ocultó en él.
Los mosquitos, chasqueados, quedaron zumbando en torno al agujero, esperando que saliera el rey para atacarlo; pero el cangrejo no quiso atreverse a salir, y desde entonces vive en agujeros que cava en la tierra.
Los mosquitos se reúnen alrededor de cada agujero que ven, tratando de descubrir al cangrejo, sin conseguirlo.
Y mientras tanto, los pequeños animales de la tierra y de los ríos quedaron libres de su rey que los atormentaba.

093. anonimo (filipinas)

No hay comentarios:

Publicar un comentario