Alguien dijo: "Los cuentos nos ayudan a enfrentarnos al mundo"

Era se una vez...

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sábado, 26 de mayo de 2012

Almendrita

136. Cuento popular castellano

Era un matrimonio que no tenía hijos, y la mujer fue ande una hechicera y le preguntó qué haría pa tener un hijo. Y la he­chicera le dio una semilla de cebada y le dijo que la plantara en un tiesto.
La mujer plantó la semilla en un tiesto, y salió una flor, y en medio de la flor estaba sentada una niña muy hermosa y del ta­maño de una almendra. Y su madre le puso por nombre Al­mendrita.
Y después, una noche cuando estaba durmiendo, se la robó un sapo y se la llevó a su cueva pa casarla con su hijo. Y cuando ya estaban preparando las habitaciones pa casarla con el hijo del sapo, la dejaron unos momentos en una hoja de morera. Y cuando estaba en la hoja de la morera al lao del río, vinieron los peces y cortaron el tallo y se la llevaron en la hoja, arrastra­da por la corriente del río.
Y al pasar cerca de la orilla del río, Almendrita se salió a tierra y ai se encontró con un escarabajo. Y el escarabajo, como la vio tan bonita, se la llevó a su casa pa casarse con ella. Pero cuando llegó a su casa, las escarabajas le dijeron que era un tonto, que no se casara con ella, que él debía casarse con una escaraba­ja. Y entonces el escarabajo la llevó ande la había encontrao.
Y de ai la niña se fue caminando y llegó ande vivía una ratita silvestre. Y la ratita le dijo:
-¿De ónde vienes, niña?
Y la niña le contestó:
-Un sapo me robó de mi casa y me llevó a su cueva pa ca­sarme con su hijo; pero me robaron los peces y me llevaron ande vivía un escarabajo muy feo que también se quería casar con­migo. Pero cuando me llevó a su casa, las escarabajas le dijeron que no se casara conmigo, y me llevó ande me encontró. Y de ai me vine caminando por aquí hasta encontrarme con usté.
-No te apures, que juntas viviremos -le dijo la ratita.
-Sí, sí -le dijo Almendrita-, que así estaremos mejor acom­pañadas.
Y allí vivían juntas y muy amigas la ratita y Almendrita. Y te­nían de vecino a un topo que quería casarse con Almendrita. Pero Almendrita no quiso casarse con él, porque le gustaba mucho el sol, y el topo no podía ver al sol.
Y en la cueva del topo estaba una golondrina, que parecía que estaba muerta. Y un día cuando Almendrita estaba en la cueva del topo, la golondrina revivió, porque ya era verano. Y le dijo a Almendrita:
-¿Te quieres ir conmigo a otro paraje mejor?
Y Almendrita le contestó:
-¿Sí, sí! Me iré contigo.
-Pues, súbete en mí -le dijo la golondrina.
Y se subió Almendrita en las espaldas de la golondrina, y fue­ron a un paraje ande había muchas flores y muchos pájaros. Y los pájaros eran los reyes de las flores. Y todas las flores tenían su rey y su reina.
Pero había una flor que sólo tenía rey y no tenía reina. Y el rey de esta flor escogió para reina a Almendrita y se casó con ella. Y el rey de los pájaros le puso a Almendrita alas pa que volara. Y quedó Almendrita de reina.

Soria, Soria.

Fuente: Aurelio M. Espinosa, hijo

058. Anónimo (castilla y leon)

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